La división industrial de Mondragon Corporación cerró el pasado ejercicio con una facturación de 4.800 millones de euros, un 15% más que el año anterior, en un periodo complicado por la inflación de costes energéticos y de materias primas, así como y por los problemas logísticos. Se trata de la cifra total registrada sin incluir a Ulma y Orona, que abandonaron el pasado diciembre el grupo cooperativo.
Iñigo Ucín, presidente de Mondragón, adelantó estos números provisionales, asegurando que “será un año bueno en conjunto” y que la situación de la cartera de pedidos “también es buena de momento”. En este sentido, indicó que todas las actividades del apartado industrial han crecido, “unas más, otras menos”, y manifestó que, a pesar del buen contexto actual, en cualquier momento “puede cambiar, la incertidumbre sigue estando ahí”.
Respecto al resto de áreas de la Corporación, Ucín consideró que el progreso también ha sido “muy bueno” en los casos de Laboral Kutxa, que ha hecho “un ejercicio muy bueno” y de Eroski, “con una evolución muy positiva”, que lideran las divisiones financiera y de distribución del grupo, respectivamente. A ello añadió también que la Universidad de Mondragon “sigue creciendo con nuevas ofertas de másteres y grados”. 
Con respecto a 2023, incidió en que la división industrial cuenta con una buena cartera de pedidos en relación con nuevos mercados, como el del vehículo eléctrico, y espera “que no pase nada drástico en el escenario internacional; esa es la única preocupación que tenemos”.
En este sentido, señaló que el momento actual “es distinto” al de la pandemia, cuando los distintos sectores percibieron una rápida recuperación, pero confió en la “capacidad de adaptación” de las compañías integrantes y en que “volveremos a crecer”.