“La necesidad es la madre de la creatividad". Este dicho popular sugiere que la creatividad surge de la necesidad de resolver problemas y de aprovechar las oportunidades. ¿Varía el significado si sustituimos creatividad por innovación? Sinceramente, no lo creo.

Los informes de Latte y Draghi ya han puesto sobre la mesa la necesidad acuciante que Europa tiene de innovar, perdemos peso respecto a Estados Unidos y China, y la necesidad de acompasar el ritmo de la descarbonización de nuestra economía con una política industrial activa, que nos permita preservar la competitividad de nuestra industria que es la base de nuestro Estado del Bienestar; algo que nos define como europeos y que debemos preservar para las generaciones venideras.

Pero la descarbonización y competitividad únicamente van a ir unidas si tenemos una “Estrategia Inteligente de descarbonización”. En caso contrario, la descarbonización acelerará la desindustrialización y podrá en cuestión nuestro Estado del Bienestar. En una Estrategia Inteligente de descarbonización el objetivo no es únicamente reducir emisiones sino simultáneamente y con las misma intensidad y grado de exigencia: fomentar la innovación para incrementar, o por lo menos mantener, el peso de la industria y los servicios conexos a la misma en el PIB. 

Alcanzar el objetivo de las cero emisiones netas, con el que como europeos nos hemos comprometido, pasa, además de por la electrificación, por el desarrollo de los combustibles descarbonizados y la captura y almacenamiento o utilización del CO2. En consecuencia, en este contexto, el desarrollo, uso, comercialización y desarrollo de la cadena valor de los combustibles descarbonizados, emerge como una oportunidad para combinar descarbonización y competitividad. Para aprovechar esta oportunidad, en una tecnología emergente, la formula tiene al menos dos ingredientes clave; la innovación y la colaboración público-privada.

La necesidad y el reto están ahí y tenemos, como territorio: las condiciones, la voluntad y el proyecto, el Corredor Vasco del Hidrogeno (BH2C), para transformar esta necesidad en una oportunidad de desarrollo y mejora de nuestra competitividad.

El Corredor Vasco del Hidrogeno (BH2C), una apuesta que se inicia a principios de 2020 es hoy una realidad consolidada. Una apuesta diferencial, no únicamente por la descarbonización, sino por desarrollar nuestra industria y nuestra tecnología, fortaleciendo toda la cadena de valor. Es una oportunidad única, no solo para reducir nuestra dependencia energética sino para reducir la dependencia en materias primas y tecnología, algo que no hemos conseguido con las energías renovables.

Contamos con 54 proyectos en marcha, entre los que cabe destacar una planta de combustibles sintéticos en el puerto de Bilbao, un electrolizador de 100 Mw con la calificación de IPCEI por Unión Europea, la puesta en marcha de la primera planta mundial de fabricación de membranas de aleación de paladio para obtener hidrógeno de alta pureza a partir del amoniaco o metanol a través de la empresa H2Site;  H2Sarea de Nortegas, que impulsa las pruebas de inyección en distintos porcentajes del hidrógeno verde en la red actual de gas natural; la empresa Irizar ha fabricado su primer prototipo de autocar de larga distancia de hidrógeno; las empresas CAF y Talgo han desarrollado sendos prototipos de trenes de hidrógeno o la empresa Sarralle, que ha desarrollado un prototipo de horno de hidrogeno. En el apartado de movilidad se han iniciado las obras de la hidrogenera en el Parque Tecnológico de Abanto y será a finales de 2025 cuando la hidrogenera y la estación de carga en camiones estén operativas.

Tras este recorrido de casi cinco años hemos recibido los primeros reconocimientos a nivel internacional como una iniciativa de referencia; en el año 2022 fuimos nombrados Valle de hidrogeno del año a nivel europeo y recientemente, la Mission Innovation y Clean Hydrogen Partnership nos han reconocido como uno de los ocho ejemplos mundiales de Valles del Hidrógeno.

Para seguir avanzando es necesario seguir contando con la colaboración pública. El desarrollo regulatorio, acelerar los permisos, desarrollo de infraestructuras y la financiación adecuada es clave en un sector emergente, donde Europa puede lograr una posición de liderazgo si continúa por esta senda de la innovación, porque la necesidad sigue ahí.