Para el Puerto de Bilbao, 2022 ha sido el año de inicio de la recuperación y un ejercicio clave para fijar las bases del centro logístico industrial que queremos ser, adaptado a la demanda de nuestro hinterland y comprometido con nuestro entorno. Por un lado, los tráficos crecen más de un 5%, superior a la media del conjunto de los puertos de interés general (+3%). Aún no alcanzamos los datos prepandemia pero, tras el convenio de estiba firmado para los próximos seis años, las inversiones en marcha y los proyectos tanto públicos como privados, estamos en el rumbo correcto para impulsar ese crecimiento.

Las toneladas movidas es un indicador importante de actividad portuaria, pero no es el único, ni el más importante en nuestra opinión. Hemos elaborado y puesto en marcha una hoja de ruta para que, además de crecer cuantitativamente, impulsemos el objetivo de ser un puerto verde, un puerto competitivo y un puerto responsable.

En base a estas tres premisas, el Plan Estratégico de la Autoridad Portuaria de Bilbao 2023-2026 busca, por un lado, respeto ambiental y descarbonizar la actividad portuaria. Se trata de una condición sine qua non para ser competitivo en el entorno portuario, y partimos de una posición de fortaleza porque somos un referente con proyectos punteros. En este sentido, nos fijamos como objetivo una reducción del 40% de las emisiones de CO2; la electrificación del 100% de los muelles (OPS) con líneas regulares, y la instalación de 30 MW para la autogeneración.

Por otro lado, buscaremos una especialización inteligente y creación de valor, e impulsaremos la digitalización tanto en la tramitación de las mercancías como en el establecimiento de un servicio de ventanilla única predictiva que permita a nuestros empresarios e industria planificar mejor sus operaciones y hacerles más competitivos. Paralelamente, como no puede ser de otra manera, las personas estarán siempre en el centro de nuestra actividad, y nos esforzaremos por comunicar más y mejor, desde la transparencia, para que los ciudadanos y las ciudadanas del entorno entiendan lo que ocurre en el puerto, cómo es nuestra actividad y lo que aporta a nuestro tejido económico, empresarial y social. Queremos destacar, por otra parte, nuestras importantes iniciativas vinculadas a la innovación, con diversos programas y colaboraciones que están obteniendo importantes resultados y captación de financiación para su desarrollo.

Y, por último, todo ello se tiene que llevar a cabo manteniendo la sostenibilidad económico-financiera. Partimos de una situación saneada, con una gestión rigurosa. Nos hemos comprometido a realizar en los próximos cuatro años inversiones por encima de los 200 millones euros, lo que lógicamente tensionará la situación económica-financiera y debemos gestionarlo de la mejor manera posible, máxime teniendo en cuenta que las políticas de incremento de nuestra competitividad estarán vinculadas entre otras cosas, a la bajada de tasas portuarias, que también nos van a afectar y nos van a tensionar.

Por lo tanto, tenemos ante nosotros un ilusionante camino, con unas buenas bases de partida y con un plan estratégico realista y, a la vez, ambicioso, que nos llevará a impulsar la transición energética, la competitividad del puerto y su contribución al entorno social y económico. Estamos ya en marcha para que Bilbao sea un puerto verde referente en los tráficos del Atlántico, garantizando su puesta en valor ante la sociedad.