“Vamos a invertir para poner la ciencia al servicio del campo”

Olatz Unamunzaga, directora general de Neiker

Olatz Unamunzaga, directora general de Neiker. Foto: Neiker

Neiker, centro de investigación dependiente del Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno vasco, vela por las buenas prácticas, la sostenibilidad y la innovación en cultivos, cabañas ganaderas y explotaciones forestales. Su directora general, Olatz Unamunzaga, revela a ESTRATEGIA EMPRESARIAL más inversiones “para poner la ciencia al servicio del campo”.

¿Qué Neiker se encuentra al asumir la dirección general?
Neiker atraviesa un momento único en cuanto a su presencia y reconocimiento a nivel europeo. Aunque en ocasiones esta presencia pueda percibirse con cierta distancia respecto al sector, es esencial valorar su impacto positivo: el aprendizaje conjunto con los mejores expertos en cada área. Hoy Neiker es referente en ‘one health’, viticultura, ‘agritech’, salud del suelo y bienestar animal, entre otros. Gracias a esta posición y a una estrategia de transferencia robusta, se prepara al sector para los retos presentes y futuros.

Ha manifestado su intención de “promover cercanía con el sector agroganadero y forestal con escucha activa e investigación participativa”, ¿cómo va a materializarla?
Desde el inicio tuve claro que la investigación debe estar conectada con la realidad del sector. Por eso hemos lanzado el plan Berritzen, que refuerza el vínculo con el sector agroganadero y forestal a través de parcelas experimentales de demostración, transferencia de resultados y un canal abierto para recoger ideas del propio sector. En total, vamos a invertir 1,7 millones de euros con el objetivo de que la ciencia esté al servicio del campo, respondiendo a sus retos reales.

¿Cómo pueden contribuir baserritarras y forestalistas vascos a la sostenibilidad y lucha contra el cambio climático?
El sector primario también tiene un impacto en el cambio climático, pero sobre todo es una pieza clave para enfrentarlo. Nuestros agricultores, ganaderos y forestalistas cuidan de más del 90% del territorio, con prácticas respetuosas y sostenibles que contribuyen a conservar el suelo, el agua y los bosques, que son grandes aliados para frenar el calentamiento global. Además, esa gestión ayuda a evitar problemas como las zoonosis, los incendios forestales o la escasez de alimentos. 

¿Cuáles son las innovaciones en materia vegetal, forestal y medioambiental más relevantes en marcha?
Impulsamos diversas líneas de innovación para abordar los retos del sector primario vasco. En el ámbito vegetal, avanzamos en sistemas de producción y buenas prácticas agrarias sostenibles, mejora genética vegetal para impulsar la resistencia a enfermedades y cultivos alternativos de interés agroalimentario. Además, investigamos la dosificación óptima del riego para maximizar el uso eficiente del agua y se aplican tecnologías de agricultura de precisión para el control de plagas y enfermedades. Respecto a la investigación medioambiental, destacamos nuestra amplia trayectoria en salud del suelo, conservación y uso sostenible de recursos agrarios y naturales, así como los estudios para la mitigación y adaptación al cambio climático. En el ámbito forestal, avanzamos en fisiología vegetal y cultivo de tejidos, genómica y patología forestal.

¿Y en el apartado animal?
En investigación animal, nos centramos en la mejora genética y en el desarrollo de sistemas de producción más eficientes y sostenibles. A esto se suman estudios en nutrición y bienestar animal y etología aplicada. También desarrollamos herramientas avanzadas para el diagnóstico, control y vigilancia epidemiológica y abordamos la bioseguridad ambiental, estudiando el papel de la fauna silvestre y los vectores como fuentes de infección para los animales de producción y las personas.

“Trabajamos para preservar y fortalecer la diversidad genética a través de la recuperación de cultivos y variedades locales adaptadas al entorno

Lengua azul, brucelosis... ¿qué impacto tienen en Euskadi y qué se está haciendo para prevenirlas y erradicarlas?
Euskadi está oficialmente libre de brucelosis desde 2013. Aunque en 2023 y 2024 se han detectado casos aislados en jabalíes, no es un motivo de alarma y mantenemos una vigilancia activa. En cuanto a la lengua azul, la vacunación es voluntaria y se permite la libre circulación de rumiantes dentro del territorio peninsular. Para ambas enfermedades disponemos de técnicas de diagnóstico avanzadas, personal especializado e infraestructuras de bioseguridad, que nos han permitido abordar con garantías todas las crisis sanitarias a las que se han expuesto las granjas vascas. 

¿Y la enfermedad del pino?
Respecto a los pinos, trabajamos en el diagnóstico, la epidemiología y el control de enfermedades como la banda marrón y la banda roja. Hemos realizado un estudio para entender su virulencia y explorar estrategias de control, evaluando las técnicas de manejo más adecuadas y las sustancias naturales más eficientes. En paralelo, analizamos la tolerancia de ejemplares aparentemente resistentes que se han localizado en el bosque, así como materiales genéticos que destacan por su tolerancia y rápido crecimiento. 

¿Existe alguna solución para evitar la proliferación de especies invasoras?
Trabajamos para preservar y fortalecer la diversidad genética a través de la recuperación de cultivos y variedades locales adaptadas a nuestro entorno. En viticultura, por ejemplo, conservamos material vegetal para mantener y valorizar nuestra riqueza varietal. Esta misma línea se aplica también en otros cultivos, en mejora genética animal y en el ámbito forestal, donde apostamos por especies y genotipos adaptados al territorio.

¿Qué recorrido tienen cultivos ecológicos como los de calabaza, soja o remolacha? ¿Y otros como el de frutos secos?
La remolacha, en su variedad de mesa, tiene recorrido dentro del sistema ecológico. En el caso de la azucarera, es viable desde el punto de vista agronómico, pero su limitación está en el proceso de transformación del azúcar, que requiere adaptaciones para cumplir los estándares ecológicos. La calabaza se adapta con facilidad a la producción ecológica y la soja, aunque presenta ciertas dificultades. La experiencia acumulada en los últimos años demuestra que es posible alcanzar producciones rentables en ecológico. Respecto a los frutos secos, tienen gran proyección en Euskadi, dado que consumimos más de lo que producimos. Las plagas pueden controlarse con manejo ecológico, aunque su rentabilidad depende de la climatología. 

Han inaugurado este año en Arkaute una innovadora instalación experimental agrovoltaica, ¿cree que podría extenderse en el sector agrario?
La instalación es una parcela experimental para generar conocimiento científico y dar respuesta a preguntas básicas sobre la compatibilidad entre la producción agraria y la generación de energía fotovoltaica. Trabajamos con cultivos herbáceos para evaluar aspectos como el impacto de la sombra o el uso eficiente del suelo y valorar si este tipo de modelos son aplicables en el contexto agrario vasco. Se trata de un paso previo necesario, basado en la evidencia, para analizar el potencial de la agrovoltaica como estrategia futura en el sector, pero hoy en día estamos en una fase de investigación básica, no de transferencia directa al campo.

VITICULTURA AGROECOLÓGICA Y Sostenible

El aumento de las temperaturas medias, la irregularidad de las lluvias y fenómenos meteorológicos extremos están afectando directamente a la producción vitivinícola, obligando a revisar tanto las prácticas agronómicas como las estrategias de adaptación del sector. En este contexto, el desarrollo de soluciones científicas aplicadas se vuelve esencial para garantizar la sostenibilidad de los viñedos y la resiliencia de las parcelas. El impacto del cambio climático se percibe de forma clara en territorios como Rioja Alavesa, donde el cultivo de la vid no solo representa uno de los motores económicos principales, sino también una pieza esencial del paisaje y de la identidad cultural. Las alteraciones del calendario de maduración, los cambios en el perfil aromático de los vinos y el estrés hídrico que afecta a las cepas son señales de un entorno que evoluciona y exige respuestas coordinadas. Para abordar estos retos, Neiker ha logrado tres nuevos proyectos de ámbito europeo centrados en el uso eficiente del agua, la promoción de la biodiversidad y la incorporación de prácticas agroecológicas en la gestión de los viñedos.

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