"Txakoli alza la copa en Europa: denominación y tradición"
Paula Díaz de Atauri, asociada de Balder
- Paula Díaz de Atauri
- 17-Marzo-2025

Paula Díaz de Atauri, asociada de Balder.
El pasado mes de enero, la Comisión Europea ha dado luz verde al registro oficial del uso del término txakoli para referirse a los vinos elaborados exclusivamente en las tres denominaciones de origen del País Vasco: Getaria, Bizkaia y Araba. Con su inclusión en el Registro de Términos Tradicionales Protegidos (TTP), se une a Chacolí y Txakolina, consolidando su lugar en la normativa vitivinícola europea. Un brindis al reconocimiento y autenticidad de este vino tan nuestro en el ámbito comunitario.
Hasta ahora, txakoli contaba con la protección de las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) Getariako Txakolina (1989), Bizkaiko Txakolina (1994) y Arabako Txakolina (2001), que establecen que sólo los vinos elaborados en estas zonas con variedades de uva específicas y métodos tradicionales pueden llevar este nombre.
Más allá de este marco, el término no estaba suficientemente regulado, lo que abría la puerta a confusiones, imitaciones o evocaciones de la DOP. No obstante, mientras estas denominaciones protegen un producto vinculado a su territorio, el Registro de Términos Tradicionales Protegidos (TTP) se encarga de salvaguardar el significado y uso tradicional de ciertos términos en el sector del vino dentro de la Unión Europea. Este reconocimiento elimina ambigüedades y garantiza un uso adecuado, como Reserva, Château o Añejo, reservados para vinos que cumplan requisitos específicos. Así, con su incorporación ahora al TTP, txakoli queda claramente decantado en la normativa comunitaria, asegurando que su nombre refleje su autenticidad y valor diferencial, al tiempo que refuerza la transparencia y evita usos indebidos. De este modo, sigue siendo sinónimo de identidad y calidad, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Esto ofrece a los consumidores la certeza de que cualquier botella etiquetada como txakoli cumple con los requisitos oficiales y respeta su sello de calidad, mientras que para los productores supone un blindaje ante intentos de apropiación de la denominación y garantiza que sólo pueda utilizarse dentro de los estándares reconocidos en las DOP. Además, su inclusión en el TTP refuerza su presencia en los mercados internacionales, abriendo nuevas oportunidades de exportación y consolidando su prestigio en el sector.
Con este reconocimiento también surgen retos e interrogantes: ¿están nuestras bodegas preparadas para un posible incremento en la demanda? ¿Cómo afectará esto a las prácticas vitivinícolas locales? No me cabe duda de que afrontaremos este desafío con sostenibilidad, calidad e identidad. Y, cómo no, alzando la copa.