¿Qué hacéis en el equipo de innovación? Es la primera pregunta que suele surgir. En LABORAL Kutxa entendemos la innovación como un proceso, una forma de hacer alineada con nuestra cultura cooperativa y basada en colaboración.

Nuestro modelo de innovación es, desde el principio, colaborativo. En el equipo facilitamos la innovación en la empresa, no somos protagonistas. La innovación comienza escuchando activamente a la clientela y a los equipos para conocer sus necesidades. Somos un equipo relacional que escucha con curiosidad y empatía, profundizando en el origen de las necesidades para responder mejor. Como decimos, “si tenemos dos oídos y una boca, es para escuchar el doble de lo que hablamos” y “quien lleva el peso de la conversación es quien sabe preguntar, no quien habla más”.

Nuestro proceso se basa en tres pilares:

• Identificar necesidades y oportunidades: Es fundamental conocer lo que cada área de la compañía requiere, viendo retos estratégicos a futuro. Al entender las interconexiones entre equipos, podemos abrir caminos compartidos que unan las distintas visiones.
• Tender puentes al ecosistema: Conectamos la organización con nuevas tendencias, modelos de negocio y tecnologías emergentes. Colaboramos internamente y buscamos respuestas en el exterior, explorando cómo otras empresas, universidades o startups han abordado retos similares.
• Establecer objetivos claros y compartidos: En cada proyecto, nos aseguramos de que todas las partes estén alineadas en su propósito: ¿Cómo contribuye a los objetivos de la empresa? ¿Qué mejoras traerá? Puede ser eficiencia, experiencia de cliente o conocimiento. Este proceso demanda claridad, empatía y sintonía.

Y eso solo lo logran las personas, generando complicidades, estando cerca y escuchando, escuchando mucho. La clave de la innovación es crear redes de confianza, sólidas y transparentes, donde cada interacción refuerza la cercanía. Contamos con personas aliadas en toda la organización, comprometidas con innovar y con quienes es fácil entenderse. Es en estas relaciones donde radica nuestra fortaleza, somos el puente que conecta ideas y personas. Así conseguimos engrasar la cadena de transmisión y ser más eficaces en traccionar la innovación.

La colaboración no termina aquí. Al otro lado de estos “puentes” están consultoras, startups, instituciones educativas… e incluso la competencia. La relación se extiende a todos ellos, promoviendo una innovación abierta y enriquecida por múltiples visiones.

No somos protagonistas, sino el engranaje que facilita que la innovación llegue a cada área. Nuestro objetivo estará cumplido cuando podamos desaparecer como equipo; cuando la innovación esté tan consolidada que forme parte natural de cada proceso. Es una cadena circular que cada vez va más ‘sola’ en nuestra experiencia: la innovación impulsa la colaboración, y la colaboración impulsa la innovación.