Con la introducción de las nuevas tecnologías, la industria manufacturera tradicional ha visto la posibilidad de incorporar servicios a sus máquinas, pasando de fabricar productos a ofrecer un paquete completo con servicios de valor añadido para el cliente.

La servitización es un nuevo modelo de negocio, asociado a las nuevas tecnologías, que acaba con el concepto tradicional de la venta exclusiva de productos. Esta palabra describe la transformación de una organización industrial cuando pasa de vender productos o máquinas a sistemas de producto-servicio. Es como un ‘pack’ que se ofrece a un cliente, que busca soluciones, más allá del producto concreto. Eso supone evolucionar a las empresas en su modelo de negocio y garantizar una mejor relación a largo plazo entre el fabricante y el cliente.
La evolución habitual suele ser pasar de ofrecer el producto, a incluir su mantenimiento. Y tras ese paso las posibilidad se multiplican. El producto final termina siendo una combinación de máquina, servicio y consumible, por ejemplo. Además, en el momento de evolucionar el modelo, el peso de los servicios en la oferta aumenta significativamente.
Esto era ya algo habitual en la industria, los proyectos ‘llave en mano’ eran un ejemplo de esta primera servitización, pero la introducción de las nuevas tecnologías la ha impulsado de forma exponencial. Precisamente, las innovaciones tecnológicas en clave de manufactura avanzada pueden servir para dotar las relaciones interempresariales de más servicios avanzados. La introducción de las TIC en los productos y en los procesos de fabricación, así como la rápida evolución de los modelos de consumo hacía el valor funcional y experiencial, supone para las empresas tradicionalmente orientadas a producto la apertura de un nuevo campo de oportunidades en el ámbito de los servicios avanzados.
Esta transición hacia modelos de negocio orientados a los servicios es ya un hecho en varios sectores manufactureros, tanto en el B2B como en el B2C. Se estima que actualmente ya cerca del 90% de las empresas europeas ofrecen servicios asociados a sus productos.
Por ejemplo, en el sector de máquina-herramienta el mercado exige una cada vez mayor conectividad, conexión de datos que lleva a sofisticar los servicios. Así, se ofrecen servicios que van desde la gestión global del ciclo de vida de las máquinas, hasta programas de optimización; pasando por la puesta en marcha, la formación, la financiación o el mantenimiento inteligente. Tenemos ejemplos de empresas vascas que incluyen el mantenimiento de sus máquinas, otras realizan actualizaciones automáticas de sus programas, otras ofrecen la posibilidad de pagar solo por el uso que se hace de esas máquinas… En definitiva, es una forma de aumentar el valor añadido de la industria manufacturera tradicional.