Un medio de comunciación ha publicado recientemente un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas sobre los efectos de la crisis económica y su distribución entre los municipios del Estado. Este ‘Atlas de la crisis’ constata que de las 10 localidades que mejor han resistido los embates de estos años, ocho son vascas. Los expertos sacan algunas constataciones para identificar esta mayor resistencia a la crisis, y que durante los últimos años se han seguido en Euskadi. El peso de la industria en nuestra economía y la apuesta por incrementar su importancia parecen claves. Un país industrializado aguanta mejor y hace que las ondas de la crisis sean más suaves. Además, durante estos años se ha continuado modernizando esta industria, incluyendo mucha tecnología, manteniendo los programas de I+D+i e internacionalizando nuestra economía. Además, se ha mantenido la apuesta por la formación de las personas. Y todo ello, sin olvidar la red de apoyos para aquellos que se quedan en una situación socioeconómica más desfavorecida. Es decir, esa mezcla de atender a lo urgente, pero sin olvidar lo importante. Un conjunto de factores que ha hecho de la economía vasca un ejemplo en Europa. Este análisis se suma a otros indicadores coyunturales, como el de la confianza empresarial, que también dibujan ese camino. Pero en estos estudios no se tiene en cuenta la capacidad de autogobierno y en el caso de Euskadi este es un factor muy relevante para, además de saber, poder hacer frente a la crisis y sus efectos con recursos y políticas propias.