Repsol apuesta por el GNL para reducir la emisiones de los combustibles marinos

Abastecerá en el Estado a los buques de Brittany Ferries, parte de cuya flota cubrirá desde 2022 la ruta entre Reino Unido y el norte español con barcos propulsados a gas

Repsol ha suministrado más de 3.500 m3 de GNL a 16 buques desde el año 2014.

El Gas Natural Licuado (GNL) es la alternativa cada vez más valorada por armadores como combustible en el transporte marítimo, ya que reduce las emisiones y cumple con la regulación IMO 2020, que entrará en vigor el 1 de enero de 2020.

La regulación IMO, normativa de la Organización Marítima Internacional (IMO en sus siglas en inglés) limitará el contenido de azufre en los combustibles para el transporte marítimo, pasando de un 3,5% permitido actualmente, al 0,5% en 2020. En este sentido, Repsol ha apostado por el GNL debido a sus diferentes ventajas, sobre todo las medioambientales. Desde el año 2014, la compañía ha suministrado más de 3.500 m3 de este combustible a 16 buques.
“Como proveedor multienergía, Repsol ha sumado el GNL a su amplia cartera de carburantes marinos”, explica Laura Rejón Pérez, directora de Comercialización Mayorista de GNL y Trading de GNL y Gas. Es “un producto que está alineado con nuestros objetivos de reducción de emisiones, ya que consideramos al gas como un combustible clave en la transición energética”, indica.

La compañía tiene experiencia en suministros

puntuales y también en contratos

de larga duración

Recientemente, Repsol ha firmado un acuerdo con Brittany Ferries para abastecer a sus buques en el Estado. Parte de su flota cubrirá desde 2022 la ruta entre Reino Unido y el norte de España con barcos propulsados a GNL. Este acuerdo supone un nuevo impulso de la compañía para desarrollar su servicio de ‘bunkering’ o suministro de combustibles marítimos.
Experiencia
Repsol dispone de la experiencia para suministrar GNL en cualquier puerto de España, un negocio por el que apuesta para suministros puntuales y también en contratos de larga duración, dentro de su estrategia de crecimiento en el sector gasista y negocios de bajas emisiones.
El gas natural, licuado a una temperatura de -160º C, disminuye su volumen unas 600 veces con respecto a su estado gaseoso, lo que posibilita su transporte por mar y su almacenamiento en las plantas de regasificación. España, que cuenta con una infraestructura líder en Europa para el suministro de GNL, dispone de seis plantas operativas distribuidas por su costa. Antes de ser regasificado y enviado por gaseoducto a hogares y empresas, el ‘bunkering’ de GNL se nutre de ese gas, todavía en fase líquida, para suministrarlo como combustible. La operación puede realizarse desde camiones cisterna, el procedimiento que más ha utilizado Repsol, a través de buques de suministro que se abarloan al barco consumidor o desde la terminal.
Además, el GNL no genera emisiones de óxidos de azufre (SOx), ni de partículas (PM), reduce un 20% las de CO2 y emite un 90% menos de óxido de nitrógeno (NOx).

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