La economía vasca creció un 2,8% a lo largo de 2015, una décima por encima de las estimaciones realizadas por el Gobierno vasco, y el doble del 1,4% conseguido en 2014. En la recta final del año, además, aceleró el ritmo, logrando un crecimiento interanual en el último trimestre superior al 3%. Situación que se sustentó, ante todo, en el buen comportamiento de los sectores de industria y de servicios. Datos que se suman a la recuperación del empleo. El paro se redujo en Euskadi en más de 24.000 personas en 2015, al pasar de 175.000 a 151.000, con lo que la tasa de desempleo bajó del 16,6 % en 2014 al 14,5 % el pasado año. Aunque una parte muy significativa de la bajada del paro se vincula a la reducción de la población activa. Asimismo, la actividad industrial ha ido consolidando su recuperación con un incremento notable del índice de producción industrial y la confianza empresarial está volviendo a niveles previos a la crisis, aunque hay una cierta sensación de que se está moderando el crecimiento. En definitiva, hemos entrado en 2016, aún con dificultades, pero con una sensación positiva y una buena base para impulsar el cambio de tendencia. El reto es mantener esta tendencia de crecimiento y lo que es tanto o más importante, convertir este crecimiento en empleo, y esperar que las incertidumbres de un mundo cada vez más interconectado no acaben por truncar estas condiciones claras de crecimiento y recuperación.