“Problemas complejos y nuevas infraestructuras”

Gorka Espiau, director de Agirre Lehendakaria Center

Gorka Espiau, director de Agirre Lehendakaria Center

La transición socio-ecológica, el rediseño del actual modelo de cuidados e integrar positivamente la inteligencia artificial en nuestro día a día van a ser los debates más importantes de la próxima legislatura. Los tres son retos complejos y, por ello, demandan enfoques y soluciones integrales que tengan como objetivo fundamental la sostenibilidad del planeta y el bienestar de las personas en todas sus dimensiones. El problema es que carecemos de las infraestructuras necesarias para abordar colectivamente estos retos. Tenemos una red social, empresarial e institucional muy fuerte pero no fue diseñada para abordar problemas complejos colaborativamente.

La forma en la que vamos a gestionar el debate sobre los parques eólicos, el despliegue de las comunidades energéticas, el impulso de comunidades compasivas en nuestro territorio o si somos capaces de desarrollar infraestructuras propias en el campo de la supercomputación y de la inteligencia artificial determinarán el resultado de la nueva transición que ya se está produciendo en la sociedad vasca.

En un seminario organizado por la UPV-EHU en los últimos días, se llamaba la atención sobre la naturaleza del cambio. Normalmente, pensamos que es una cuestión de adaptación, de innovación incremental. Ir cambiando poco a poco hasta llegar a un escenario mejor. Sin embargo, los tres retos que mencionaba anteriormente reclaman una transformación mucho más profunda y nuevas herramientas digitales para encontrar soluciones colaborativas.

Por este motivo, la nueva transición de la sociedad vasca deberá incorporar enfoques sistémicos. Tendremos que aprender a gestionar con nuevas herramientas la interrelación entre los problemas medioambientales y las desigualdades sociales, económicas y territoriales. Asumir, de verdad, que los problemas complejos no pueden ser resueltos por una sola organización o disciplina. Descubrir nuevas formas de trabajar en un entorno digital que conecten mejor los recursos públicos, privados y comunitarios, generando una nueva inteligencia colectiva y anticipatoria.

Los procesos de transformación que impactan en todo el sistema sólo se producen cuando una serie de innovaciones complementarias suceden de forma paralela e interconectada, en las que cada una depende de la otra. Una transformación del conjunto del sistema es particularmente difícil de lograr porque requiere cambios en el comportamiento de los principales agentes, modificaciones estructurales en la forma de funcionar de las instituciones y nuevos procesos de trabajo. Hablamos de un cambio cultural que nos permita entender e incorporar una dimensión social de estos procesos.  

Existe un creciente consenso científico sobre las limitaciones de los actuales modelos para el Desarrollo Humano Sostenible a la hora de entender ese elemento cultural en los sistemas en los que operan. Normalmente, se tiende a separar los esfuerzos para lograr la sostenibilidad ecológica del cambio social. Sin embargo, la necesaria transición socio-ecológica de la sociedad vasca y de su sistema de cuidados nos obliga a abordar estas cuestiones de manera integrada. Es aquí donde la supercomputación y la inteligencia artificial pueden servir de puente entre las respuestas técnico-científicas y las percepciones sociales.  De la misma manera que somos capaces de crear “gemelos digitales” para encontrar nuevas soluciones a los problemas de movilidad, deberíamos poder aplicar estas tecnologías para realizar simulaciones en el ámbito de los cuidados. El objetivo es poder visualizar la complejidad de un problema socio-técnico, entender todas las percepciones que existen sobre esa realidad y gestionar colaborativamente nuevos portafolios de innovación abierta. 

La sociedad vasca se encuentra en un momento decisivo. Ahora mismo, tenemos la oportunidad de profundizar en los valores, comportamientos y decisiones estratégicas que construyeron una resiliencia extraordinaria durante la crisis socio-económica vivida en los años 80 y proyectarlos hacia el futuro. Sin embargo, no podemos utilizar las mismas herramientas. Los retos actuales requieren de nuevas infraestructuras digitales para el abordaje colaborativo de retos complejos.

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