La transformación digital se ha convertido en una necesidad para las empresas industriales que desean mantenerse competitivas en un mundo cada vez más tecnológico. Sin embargo, antes de comenzar cualquier estrategia de transformación digital, es crucial realizar un buen diagnóstico para comprender en profundidad la situación actual de la empresa y las áreas en las que se pueden realizar mejoras. Con la actual presión que algunas industrias sienten para iniciar el camino hacia la Industria 4.0, corremos el riesgo de caer en manos de “vendedores de martillos” que vayan con su ERP o su MES bajo el brazo, viendo clavos en todas partes y obligándonos a comenzar la casa por el tejado: comprando licencias de un sistema que “va a solucionar todos sus problemas”.

Desconfiemos de esos cantos de sirena. Es imposible que la compra de un paquete informático gigantesco y a un precio muy alto pueda afrontar los retos de las pymes industriales vascas.

Desde Ideable defendemos que un buen diagnóstico es el primer paso para la transformación digital. Es un proceso que involucra una evaluación completa de la infraestructura tecnológica actual de la empresa, la evaluación de las habilidades y conocimientos de los empleados, la revisión de los procesos empresariales y la identificación de las brechas existentes entre las capacidades actuales y las necesidades futuras. Este proceso proporciona información valiosa para desarrollar una estrategia adecuada de transformación digital. Y cuando ya tenemos claras las necesidades tecnológicas actuales y futuras, podemos desarrollar un camino de transformación digital que esté alineado con nuestros objetivos empresariales.

Acometer un diagnóstico también ayuda a las empresas a identificar los problemas y las oportunidades para mejorar los procesos y reducir los costos. Y a trazar un roadmap de transformación digital donde podamos ser lo más coste-efectivos posible. Invirtiendo primero en aquellas áreas donde el retorno va a ser mayor. En este sentido, soluciones específicas de rápida implantación, como la medición del OEE (en cuestión de horas) o de tiempos de producción pueden ser cruciales para conseguir pasos decididos en la dirección adecuada. Y otras veces no es necesario sustituir los ERP actuales, sino saber integrarse bien con ellos. Para ello, poder ir de la mano de expertos en digitalización es una buena estrategia, igual que lo es acompañarse de un equipo de sherpas para colaborar juntos en una ascensión difícil.