Durante los años de crisis, las entidades financieras han tenido muy mala prensa. Muchas veces con razón, al haber abandonado su negocio tradicional y haberse adentrado en terrenos pantanosos. Pero el parón de la financiación, aparte de que la escasa actividad económica tuviera menos necesidades de capital, no era bueno para nadie. Por ello, que los bancos estén volviendo a captar recursos y conceder créditos viene a decir que vamos hacia una normalización de la situación. Estamos en época de presentación de resultados. Prácticamente todas la entidades están mejorando sus recursos intermediados, y sus resultados empiezan a tener un alto componente de negocio típico, junto a las comisiones. Además, a eso se suma que los ratios de morosidad también están descendiendo; es decir, los nuevos créditos son de más calidad y los créditos dudosos se están reduciendo. Asimismo, crece la fortaleza en solvencia y en liquidez, al tiempo que las entidades han dado carpetazo a su saneamiento. En líneas generales, los indicadores revelan que la reestructuración y la recapitalización del sector bancario español han dado su fruto. El IVF activa líneas de financiacion y el propio ICO ha rebajado sus líneas ante la mejora de las condiciones financieras de la banca privada. Es decir, se empiezan a dar las condiciones para que el crédito fluya con naturalidad al sistema. Esperemos que ahora que ya no hay excusas, el sistema bancario cumpla con su misión y apuntale un crecimiento económico que llegó al 1,2% del PIB en Euskadi, el mayor de los últimos seis años.