“Lo que nos jugamos en las próximas elecciones europeas”
Eider Gardiazabal, eurodiputada por el PSE-EE-PSOE (Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas)
- Eider Gardiazabal
- 08-Abril-2024
Eider Gardiazabal, eurodiputada por el PSE-EE-PSOE (Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas)
ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO - 9 DE JUNIO DE 2024
Con el objetivo de sensibilizar a los lectores ante las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 9 de junio, ESTRATEGIA EMPRESARIAL abre en sus páginas de Europa un espacio a la colaboración de europarlamentarias y europarlamentarios vascos para conocer sus opiniones y sus puntos de vista sobre dicho acontecimiento. En esta sección, que arrancó el 1 de marzo y finalizará en la publicación del 1 de mayo, escriben representantes del Partido Popular, EH Bildu, Partido Socialista de Euskadi y Partido Nacionalista Vasco en la Eurocámara.
La Unión Europea tiene ideología. Conviene recordarlo de vez en cuando, porque a fuerza de repetir tanto aquello de los burócratas de Bruselas, ha calado la idea de que Europa está dirigida por una maquinaria de grises funcionarios que actúa poco menos que de forma automática. Nada más lejos de la realidad. Europa, como dice el bolero, tiene alma, corazón y vida, es pura política, y sigue las líneas que le marcamos en las elecciones nosotros, ciudadanos y ciudadanas, cuando acudimos a las urnas. Desde el Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo decide. Y por eso, es vital su orientación política.
En esta legislatura que ahora termina, los socialdemócratas hemos hecho valer la fuerza de nuestros votos para orientar la agenda europea. ¿Alguien podría pensar, por ejemplo, que el Fondo de Recuperación Next Generation, que ha sido clave para recuperar nuestra economía sin pasar nuevamente por el trauma de la austeridad, hubiera sido posible sin nuestro impulso? O el Pacto Verde, tan necesario para afrontar el cambio climático y restaurar los ecosistemas. O una Reforma del Mercado Eléctrico con sensibilidad social, especialmente con los consumidores más vulnerables. O la iniciativa de proteger las condiciones laborales de quienes trabajan para plataformas como Uber o Glovo. O el salario mínimo para Europa. O las Directivas contra la violencia de género y contra la trata de personas. O la vinculación de los fondos europeos al respeto del Estado de derecho, las personas LGTBI, las mujeres y los principios democráticos. Son políticas que llevan la firma de la socialdemocracia, e impactan directamente en la vida de ciudadanos y ciudadanas, en la marcha de las empresas y en nuestra calidad de vida. Políticas de justicia social, feminismo, respeto al medio ambiente, que conforman la Europa que queremos los y las socialistas y en la que hemos trabajado durante los últimos cinco años. Por eso, es tan importante acudir a las urnas y decidir la orientación política de nuestra Unión.
Pero esta ocasión es particularmente crucial. En las elecciones europeas del 9 de junio de este año, nos jugamos el consenso fundamental que ha levantado el proyecto europeo durante los últimos 70 años, el acuerdo entre socialdemócratas, conservadores y liberales. Eso es lo que ahora está en peligro. El avance de la extrema derecha en Europa está arrastrando a su terreno a la derecha tradicional, que ya ha abandonado algunos acuerdos básicos como el Pacto Verde, con posiciones negacionistas frente al cambio climático. La extrema derecha vende soluciones falsas que atentan contra los principios y valores europeos, el respeto a la diversidad y el entendimiento entre los diferentes. Los conservadores, en lugar de formar parte del muro de contención, se dejan llevar por sus postulados para arañar sus votos. Y lo que es peor, les abren la puerta de las instituciones, en España y en otros países, en un juego peligroso, que, si se traslada a Bruselas, podría acabar con el gran acuerdo que puso en pie la Unión Europea y con ella el periodo más pacífico y próspero de nuestra historia. Esa es la gran amenaza. Eso es lo que nos jugamos todos los europeos, también los vascos y vascas, en las próximas elecciones.