Un plan educativo de entorno como Herrigune Leioa, dirigido a fortalecer vínculos comunitarios en aspectos relacionados con la participación , el aprendizaje y la sostenibilidad; un establecimiento hotelero como el BBK Good Hostel, que favorece la integración social y laboral del colectivo de personas discapacitadas; o el proyecto GoiEner de generación y consumo de energía renovable en régimen de cooperativa son tres de los muchos ejemplos de innovación social que en los últimos años se han puesto en marcha en Euskadi. Iniciativas que responden al objetivo que en su día se fijó la Comisión Europea de encontrar nuevas formas de satisfacer las necesidades sociales que no están adecuadamente cubiertas por el mercado o el sector público, o de producir los cambios de comportamiento necesarios para resolver los grandes retos sociales, capacitando a la ciudadanía y generando nuevas relaciones sociales y nuevos modelos de colaboración, basados en la participación. Entre los grandes retos de futuro, Euskadi se enfrenta, entre otros, a un importante desequilibrio demográfico, al envejecimiento de la población, la globalización, la tecnología y la progresiva digitalización de todo cuanto nos rodea, a la sostenibilidad en el entorno laboral y social. Para dar respuesta a esos retos, el país vasco cuenta con importantes recursos en los que apoyarse, empezando por las personas y siguiendo por la conectividad, la innovación, la productividad o los nuevos modelos de gestión y gobernanza. Y con potentes agentes públicos y privados que, desde el Sistema Vasco de Innovación, van impulsando el avance también en Innovación Social.