GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2023 “La innovación como herramienta de impacto social”

Ramón Bernal, director general de Lantegi Batuak

Ramón Bernal, director general de Lantegi Batuak. Foto: Lantegi Batuak

i algo caracteriza a una empresa de economía social es que forma parte del tejido empresarial de su entorno, en el que compite en igualdad de condiciones y en el que debe asegurar su sostenibilidad, buscando la consecución de un fin social, priorizando los resultados hacia el bienestar de las personas y no a la generación de valor para los accionistas.
Con el mantenimiento de este equilibrio como reto, la innovación, en la práctica, no se contempla como una actividad en sí misma, pues forma parte de la naturaleza de la propia organización. 

Afrontar el reto de mantenerse en un contexto altamente competitivo y exigente, haciendo frente a las respuestas que buscan sus clientes que, a su vez, también operan en clave de competitividad, y al mismo tiempo trabajar para no perder el foco de su misión social y el compromiso adquirido con la sociedad, requiere grandes dosis de innovación constante, de un ejercicio de adelanto a los retos futuros.

Una organización como Lantegi Batuak, que hace 40 años se puso en marcha para dar respuesta a una necesidad social, gestiona desde la base de dicha innovación. Así lo ha sido desde su origen, cuando debía responder a la necesidad de generar empleo para personas con discapacidad en una complicadísima coyuntura de desempleo y fuerte crisis económica. 

Mantenerse en un contexto altamente competitivo y exigente, requiere grandes
 dosis de innovación constante, de un ejercicio de adelanto a los retos futuros””

Cuando decimos que va en su naturaleza, nos referimos a que cada paso estratégico que ha dado ha sido para dar una respuesta nueva a una problemática, buscando soluciones nuevas, entendiéndolas como herramientas sólo válidas si sirven para impulsar el desarrollo sociolaboral de las personas: los procesos encaminados a sacar adelante nuestros productos y actividades en el sector industrial y de servicios, respondiendo a las exigencias del mercado, los nuevos servicios puestos en marcha para generar en empleo en nuevos nichos donde las personas podían desarrollarse mejor, cada uno de los sistemas de apoyos puestos en marcha para el desarrollo de estas personas y para la calidad de los trabajos, los nuevos modelos de ocupación para hacer frente al envejecimiento de las personas que, pese a ello, necesitan de una ocupación laboral para seguir desarrollándose, etc.

Todo esto, además, no sería posible si no se hiciera en clave de colaboración, público-privada, por una parte, y entre organizaciones de muy diversa naturaleza que se unen para seguir mejorando y avanzando, por otra. Alianzas entre los distintos agentes, que facilitan la optimización de los resultados, del valor que aportamos con nuestra actividad al conjunto de la sociedad.

Este concepto de innovación no es exclusivo de la Economía Social o, mejor dicho, no es excluyente. Las empresas mercantiles han asumido que, como agentes sociales, tienen aún mucho que aportar en este sentido y que, para aportar valor a los grupos de interés que no son únicamente accionistas o clientes, deben también buscar respuestas que generen impacto en la sociedad, incorporando principios de gestión de la economía social, como ya están haciendo muchas. 

Abandonando esta dicotomía entre tipos de organizaciones antagónicos y trabajando en identificar y maximizar el valor que generan en su entorno, podremos avanzar a sociedades más cohesionadas y más justas.

Más noticias de Opinión / Iritzia