El pasado 18 de enero tuve el placer de moderar una mesa redonda sobre talento y multilingüismo en el congreso Languages Lanean organizado por los departamentos de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente y de Cultura y Política Lingüística del Gobierno vasco. Un evento en el que se abordó la importancia de la gestión lingüística en el mundo laboral. Y es que, como señalaba el consejero Bingen Zupiria, la gestión lingüística avanzada puede ayudar a desarrollar el talento en la empresa, a mejorar su capacidad de colaboración y a ser más competitiva. 

Según los datos del Observatorio de Prospectiva de Empleo FUTURELan, el 70,6% de las oportunidades laborales generadas en Euskadi entre 2021 y 2032 serán por remplazo generacional. Teniendo en cuenta que contamos con una población cada vez más envejecida y con un menor porcentaje de personas en edad de trabajar, la captación de talento de otras partes del mundo va a ser indispensable. Esto supone un gran desafío, ya que, con toda seguridad, necesitaremos integrar en las organizaciones a personas que no hablan ninguna de las lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma Vasca y a su vez proteger el derecho a trabajar y comunicarse en su idioma de muchas otras. Esto requiere un compromiso mutuo, tanto por parte de las empresas y organizaciones que acogen a las personas para integrarlas respetando su cultura como por parte de la persona de hacer un esfuerzo para conocer y adaptarse al contexto local del que va a formar parte. 

La integración de personas con una diversidad cultural puede ser sumamente enriquecedora si somos capaces de reconocer el valor de dicha diversidad y aprender de las diferencias. Esto puede suponer una oportunidad y un valor añadido si usamos las herramientas de gestión de lenguas como estrategia de integración de talento en las organizaciones. Porque, además de unas buenas condiciones laborales y la posibilidad de crecer profesionalmente, las personas buscan cada vez más proyectos con propósito, acordes a su forma de vida y principios. Empresas y organizaciones que no solo aportan valor a sus accionistas, sino también a las personas que forman parte de la organización y a la sociedad en su conjunto. Aquellas que apuestan por una gestión lingüística avanzada, permitiendo a clientes y a las personas trabajadoras desenvolverse en el idioma que deseen, tienen una clara ventaja. 

Como pudimos ver en el congreso, en Euskadi contamos con muchas empresas, grandes y pequeñas, que ya han implantado con éxito modelos de multilingüismo. Todas ellas tienen algo en común: un liderazgo que asume la gestión lingüística como una responsabilidad más de la empresa y que reconoce el valor del euskera como elemento integrador. 

Sus aprendizajes nos muestran que debemos reconocer el cuidado y la promoción del euskera como una responsabilidad básica de la empresa, tal y como aceptamos la responsabilidad social corporativa o el compromiso con la sostenibilidad. Para ello es fundamental establecer objetivos y garantizar el cumplimiento del plan de euskaldunización tal y como se garantiza el de cualquier otro objetivo, siendo coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. 
En lo que respecta al valor del euskera como elemento integrador, en Orkestra llevamos tres años trabajando en un proyecto que se llama Euskadi 2040 y que busca construir una visión compartida sobre el modelo de competitividad para el bienestar para la próxima generación. Dos de los ejes de esa visión, que cuenta con un amplio consenso público-privado, son una Euskadi conectada y comprometida. Una Euskadi abierta al mundo y que mantenga su identidad propia, construyendo un sentimiento de comunidad desde su singularidad. 

Estoy convencida de que los lugares de trabajo pueden ser un espacio fundamental donde dar a conocer nuestra lengua, acercar a las personas a nuestra cultura y fomentar su sentido de pertenencia. Si sabemos comunicarlo correctamente, la gestión del multilingüismo en el ámbito laboral será un paso más en el proceso de integración y una clave para la atracción de talento.