Los operadores de telecomunicaciones ofrecen servicios basados en redes de alta capacidad para responder a las necesidades de los usuarios, que demandan más velocidad y mayor cantidad de datos (internet de banda ancha, TV digital, servicios de backup empresariales, etc.). Esta demanda solo tiene respuesta en la fibra óptica. Por ello, los nuevos despliegues de red se están realizando utilizando esta tecnología y abandonando el ADSL.
Así, Telefónica acabó 2015 con una red de fibra que llega a 13,8 millones de unidades inmobiliarias en el Estado (viviendas, oficinas y locales), Vodafone (que combina fibra y el cable de Ono) llega a unos 8,4 millones y Orange a 6,8 millones. En Euskadi, Euskaltel, que nació apostando por esta tecnología, cubre el 85% de la población con su red de fibra óptica de última generación.
En telefonía móvil, la respuesta a esa necesidad de alta capacidad y velocidad en la transmisión de datos está en la tecnología LTE (4G). Telefónica, Vodafone, Orange y Euskaltel ofrecen sus servicios sobre la red 4G en la banda ancha 800 MHz, lo que permite a la sociedad vasca disfrutar de conexiones móviles con una mejor cobertura en el interior de los edificios y mayor extensión geográfica.
Ahora, los esfuerzos se están focalizando en la siguiente generación, el 5G, que permitirá hablar de transmisión de gigas por segundo y no de megas por segundo en movilidad.