GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2023 “Innovación en ESG”

Gorka Espiau, director de Agirre Lehendakaria Center

Gorka Espiau, director de Agirre Lehendakaria Center. Foto: Agirre Lehendakaria Center

El acceso a los 50 trillones de dólares que se calculan estarán a disposición de las empresas para inversiones ESG en 2025 se presenta como un gran incentivo para acelerar el transito hacia un modelo de desarrollo humano más sostenible. Según un estudio que ALC está desarrollando en colaboración con la Fundación para la Innovación Cotec, potenciar la interrelación entre las prácticas ESG y la innovación social resulta fundamental para abordar los retos de la necesaria transición socio-ecológica y evitar que su aplicación sea una estrategia de ‘greenwashing’. Mejorar de forma incremental las prácticas actuales ayudaría, pero no nos permitirá avanzar con la velocidad y profundidad que nos demanda la sostenibilidad del planeta. 

Aquellas empresas que evalúan sus procesos de decisión estratégica bajo el marco ESG se consideran mucho más innovadoras, ya que se comprometen a integrar estas prácticas en su comportamiento diario y se vinculan a los procesos de desarrollo del negocio que representan el núcleo de su actividad. De hecho, ya hay casos concretos en los que los equipos directivos de área en varias empresas deben rendir cuentas a la dirección de sostenibilidad y no al revés. Tal y como señala el World Economic Forum, esta tendencia responde a una mirada sistémica de la sostenibilidad. En lugar de impulsar proyectos aislados, las empresas más avanzadas construyen portafolios o carteras de sostenibilidad que integran la dimensión medioambiental, social y de gobernanza. El principal problema radica en la falta de un objetivo cuantificable similar a la reducción de emisiones contaminantes o a la huella hídrica. En materia social, los ODS plantean objetivos más generales e interconectados y la incorporación de todos estos indicadores, sin un consenso sobre la forma en la que debería plantearse la medición, dificulta el proceso.

Aquellas empresas que evalúan sus procesos de decisión estratégica bajo
el marco ESG se consideran mucho más innovadoras

A pesar de estos obstáculos, las empresas vascas tienen una gran oportunidad para posicionarse internacionalmente como referentes en prácticas ESG como motor de desarrollo territorial. En la actualidad no se está midiendo el impacto real que tienen estas empresas y toda su cadena de proveedores en el territorio en el que operan. Las empresas vascas podrían liderar estas prácticas si volviesen a interpretar su misión como ejes tractores del territorio. La transformación socio-económica vivida por la sociedad vasca se considera todavía como un gran ejemplo de desarrollo humano sostenible y este pasado reciente nos otorga credibilidad para plantear nuevos retos de futuro. 
 
Este proceso comienza por medir su contribución en materia de generación de empleo, aumento de los ingresos familiares, formación y lucha contra la desigualdad de género. A estos indicadores se suman todos los relacionadas con las estrategias de gestión del talento que son tan relevantes en el contexto actual. El segundo paso implicaría evaluar el comportamiento que tiene la empresa en toda su cadena de suministros para posteriormente medir el valor que tiene su actividad en las comunidades en las que tienen presencia física. De cara al futuro, las empresas vascas podrían ir un paso más allá y tratar de medir el impacto que tiene la empresa cuando colabora con otros agentes e instituciones para abordar retos socio-ecológicos complejos. 

 

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