Euskadi, lleva años recorriendo el camino hacia la neutralidad climática, comprometidos con los hitos de descarbonización y el desarrollo sostenible marcados por el Pacto Verde Europeo, hemos sido pioneros y ambiciosos poniendo en marcha iniciativas para transitar hacia un modelo económico que apueste por la circularidad. 

Los datos sobre materias primas reutilizadas por la industria nos indican que en el conjunto de la Unión Europea la tasa de circularidad se sitúa actualmente en un 12%. Con un crecimiento interanual que se ha ido ralentizando los últimos años, se hace patente la necesidad de ofrecer nuevas soluciones que impulsen el acceso de nuestra industria a materias primas recicladas que la conviertan en más resiliente, competitiva y sostenible.

Siendo clave en nuestro desarrollo económico, el sector industrial supone un 23,4% del PIB de Euskadi. Debemos acompañar a la industria vasca facilitando su adaptación al nuevo modelo climático que garantice su competitividad y sostenibilidad a largo plazo. La gestión y valorización de residuos suponen un factor clave en el desarrollo de la economía circular, además de una gran oportunidad para sentar las bases de un nuevo modelo de producción que no pasa únicamente por la procedencia de las materias primas, sino también por la autonomía de nuestras empresas y por el bienestar social derivado de la creación de empleo estable y del respeto al medio natural. 

Actualmente entre el 75% y casi el 100% de muchas sustancias que las empresas europeas necesitan importar desde otras regiones, son indispensables para la producción de nuevas tecnologías que comprometen la capacidad de transformación de nuestras economías en relación a la descarbonización y la neutralidad climática. Teniendo un amplio margen con respecto al incremento de la tasa de circularidad en el uso de las materias primas industriales, y con objetivos tan claros como los reflejados en el Plan de Prevención y Gestión de Residuos del País Vasco 2030 que establece que para 2030, Euskadi valorice el 85% de los recursos no peligrosos, es crucial que surjan nuevas infraestructuras de gestión y valorización de residuos.

Las infraestructuras para gestión y valorización de residuos desarrollan una función social ya que suministran a la industria materias primas recicladas, minimizando el impacto ambiental de los residuos así como los derivados del transporte a través de la gestión de proximidad, y contribuyen no solo a la transición ecológica sino al crecimiento de la economía y del empleo de calidad.