La globalización de la economía actual obliga a exportar, a internacionalizar las empresas, a expatriar talento, a buscar nuevos mercados. No hay alternativa, tal como se puso de manifiesto en la jornada Mundura Begira. Pero, ¿cómo hay que estar en el mundo? ¿Qué pueden aportar las compañías vascas a la economía global, más allá de ir a buscar mercados de oportunidad? La estrategia pasa por salir más y mejor, transformándose en grupos multilocalizados, mejorar la gestión, con empresas tractoras que facilitan la internacionalización de las pymes, con los valores que han definido lo vasco en el mundo, siendo empresas ‘glokales’. Y al mismo tiempo, haciendo atractivo Euskadi para atraer inversiones productivas que impulsen nuestros proyectos industriales, porque no se puede reclamar libertad de mercados y al mismo tiempo poner barreras proteccionistas. Hoy en día no es tan importante la ‘nacionalidad administrativa’ de una empresa, sino lo que esta hace en una región determinada. Michelin, ZTE, GKN o Volkswagen son eslabones tan esenciales en nuestra internacionalización como CAF, BTI, ITP o Viscofan. Son dos caras de la misma moneda, nuestras empresas, las de origen vasco y las multinacionales aquí instaladas, son nuestras mejores embajadoras en el mundo. En definitiva, esta realidad tiene nuevas reglas y exigencias y solo será exitosa si todos salen ganando, si el crecimiento sostenido se produce en origen y en destino.