El temor a una desaceleración frena el impulso emprendedor en Euskadi

Responsables del Informe GEM, junto a Aitor Urzelai, director de Emprendimiento del Gobierno vasco.

La actividad emprendedora en la CAV observó el pasado año una moderada caída respecto al año anterior, pasando del 5,8% al 5,1% de nuevos promotores empresariales. La causa de este leve decrecimiento estaría, según los investigadores del último Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor), en el temor a una desaceleración económica que habría llevado a muchos jóvenes a desestimar, de momento, la puesta en marcha de un proyecto empresarial propio.
No obstante, según destacan los autores del informe, surgido de la colaboración entre UPV/EHU, Universidad de Deusto y Mondragon, el potencial emprendedor futuro avanza medio punto en Euskadi, situándose en niveles anteriores a la crisis, y también se incrementa levemente la tasa de consolidación empresarial y se reduce el nivel de abandonos.
El perfil de la persona emprendedora en Euskadi corresponde al de un varón (55,1%), con una edad promedio de 43 años (tres años más que el año anterior), con un nivel alto de formación y un nivel de renta superior, que pone en marcha un proyecto movido por la identificación de una oportunidad.

El perfil revela un emprendedor varón,

de 43 años y alto nivel formativo

En cuanto a la inversión, aunque se observa un incremento de nuevos proyectos con inversiones inferiores a 10.000 euros, la media se sigue situando en los 21.740 euros, frente a los 20.000 euros en el ámbito estatal. Las aportaciones del propio equipo promotor son, con mucha diferencia, la principal fuente de financiación (58%), seguida de la de instituciones bancarias (21,1%), ayudas públicas (5,2%) e inversores especializados (2,8%).
En los últimos tres años se han incrementado las iniciativas emprendedoras dedicadas a servicios vinculados al conocimiento, del 17,9% (2015) hasta el 21,9% (2018). Los negocios que resultan de la actividad emprendedora en la Comunidad Autónoma Vasca se caracterizan por ser pymes. Y en cuanto a la orientación hacia la innovación, son menos las iniciativas que utilizan tecnologías novedosas y más aquellas que perciben pocos competidores. Asimismo, la internacionalización de las nuevas empresas se mantiene en una posición estable. Las normas sociales y culturales se perciben como el principal obstáculo para emprender.

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