El sector pesquero se aferra a las costeras, a sus cupos y a las prácticas sostenibles

En una coyuntura adversa por el descenso de consumo de pescado, la falta de relevo generacional o las capturas ilegales, los arrantzales vascos son ejemplo de pesca responsable, también en el Océano Indico

Tras la costera de la anchoa, que ha finalizado con la captura de 7.200.000 kgs (el 90% de la cuota asignada), la flota vasca se hizo de nuevo a la mar el 16 de junio con el arranque oficial de la campaña del bonito del norte. Foto: Archivo

Los arrantzales vascos  se aferran a una actividad que sufre, quizás más que el resto de las relacionadas con el sector primario, una delicada situación, debido, entre otras razones, a la falta de relevo profesional, el descenso de las capturas, la disminución de la flota pesquera en los puertos de Euskadi, la pesca ilegal y el descenso del consumo

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