Las tecnologías aditivas han revolucionado los procesos industriales de diversos sectores en los últimos diez años gracias a la rapidez, precisión y ahorro de costes que permiten. La alimentación ha sido el ámbito en el que estas técnicas han irrumpido últimamente con más fuerza. La fabricación aditiva, y también la impresión 3D, se ha convertido, en los últimos diez años, en uno de los ejes de la industria 4.0, habiendo experimentado una evolución y crecimiento considerables, dadas sus características, que permiten unos procesos productivos de piezas y componentes más rápidos, precisos, personalizables, respetuosos con el medio ambiente y e
La empresa guipuzcoana Mausa, dedicada desde sus inicios a la fabricación de moldes de inyección de plástico y caucho metal y servicios de mecanizado, incluyó en 2017 de forma pionera la fabricación aditiva como nueva línea de negocio, al constatar que se trataba de “una tecnología madura y que la calidad final de las piezas estaba al nivel de la exigencia de nuestros clientes”, explica Diego García, su director de Operaciones. Desde entonces, la fabricación aditiva se ha convertido en “la línea de negocio más importante” de Mausa, representando actualmente cerc del 75% de su facturación. Asimismo, es partner oficial de marcas como HP, DyeMan