GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2022 Transición energética verde y colaborativa para preservar el medio ambiente

Euskadi cuenta con más de 100 entidades en el ámbito eólico que acumulan una facturación global de más de 15.700 millones y una cada vez mayor actividad en el ámbito ‘offshore’.

El vínculo entre sostenibilidad ambiental y descarbonización energética es claro, son las dos caras de una misma moneda. A la espera de la próxima Ley vasca de Transición Energética y Cambio Climático, el Plan homónimo en vigor, con horizonte en 2024, busca reducir en un 30% la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y lograr que la cuota de energías renovables represente el 20% del consumo final de energía. Un trayecto en el que a través del autoconsumo los consumidores están pasado también a ser productores.

El crecimiento de la actividad económica, y especialmente de la industria, motor socioeconómico de los territorios, ha ido en paralelo al desarrollo de las ciudades, generando inevitablemente una demanda creciente de energía para abastecer las necesidades de la producción. Un incremento que ha venido acompañado de una mayor exigencia ambiental, que deriva en un abandono de las energías fósiles, que emiten dióxido de carbono y otros Gases de Efecto Invernadero (GEIs). A este hecho se han unido una coyuntura marcada por la pandemia generada por el covid, que redundó en un consumo energético al alza, y por el conflicto bélico en Ucrania, que ha impactado de lleno en el suministro de energía en Europa, estableciendo una situación de alerta energética sin precedentes en el continente. Un sector tensionado y una coyuntura que están acelerando la transición energética. 
Ante este paradigma, los objetivos de la Estrategia Energética Vasca 2030 son firmes: ahorro, incremento de la contribución renovable en el mix energético y eficiencia se convierten en las principales herramientas para que Euskadi avance en esta transición energético-climática acelerada por el contexto geopolítico, con el fin de desembocar en una economía descarbonizada y resiliente al cambio climático, a través de una mayor generación autóctona que termine con la dependencia exterior. Además, para reforzar estos objetivos, el pasado año el Gobierno vasco aprobó el Plan de Transición Energética y Cambio Climático con horizonte en 2024, para reducir el impacto sobre el clima y aumentar la capacidad de respuesta ante sus efectos, con la incorporación de nuevos vectores energéticos (eólica, solar e hidrógeno, principalmente) y procesos de producción sostenibles como ejes para lograr la descarbonización. 

El autoconsumo solar se cuadruplicó en 2020 y  2021 en Euskadi con la puesta en marcha de 915 instalaciones foltovoltaicas y 21 MW con ayudas del EVE. 

Y es que, la transversalidad de la acción climática y la transición energética es innegable, y sus avances e innovaciones repercuten en los dos campos. Es por ello que la estrategia energética es clave para el funcionamiento del tejido industrial y empresarial, y por su capacidad tractora de nuevas tecnologías y sectores productivos. De hecho, el área de Energías más Limpias está recogido como un ámbito prioritario en la Estrategia de Especialización Inteligente RIS3 Euskadi, en el marco del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 (PCTI 2030), para avanzar desde la I+D+i en la gran transformación del modelo energético.
Una transformación acelerada por los últimos acontecimientos y que ya ha comenzado a repercutir de forma directa en el modo en el que consumimos energía y en las fuentes de las que nos abastecemos. En los últimos 40 años Euskadi ha reducido de forma drástica las energías fósiles -el carbón ha desaparecido y los derivados del petróleo se han reducido en 20 puntos-, así como alcanzado un ahorro energético equivalente al 40% de la demanda actual, mientras que las renovables han evolucionado ascendentemente en su participación en el mix energético vasco, alcanzando su peso en el consumo final de Euskadi el 16,6%, generando la CAV en torno a ellas todo un sector tecnológico e industrial de primera línea que compite en los mercados internacionales.  
Punto en el que también cobran especial relevancia las redes inteligentes de distribución eléctrica que, con mayor flexibilidad, digitalización y automatización, hacen posible un nuevo mapa interconectado que responde a los nuevos modelos de producción eléctrica más distribuidas. Así por ejemplo, Iberdrola inauguró en 2021 su Global Smart Grids Innovation Hub en Bilbao, que ya se ha consolidado como un centro mundial de la innovación en la materia, donde se desarrollan soluciones de digitalización de la red, integración de renovables, despliegue de vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento. En esta línea, la firma digitalizará más del 80% de sus redes de transporte y distribución para 2025, a lo que destinará 27.000 millones a nivel global, el 5% en España (1.350 millones).

La transversalidad de la acción climática
y la transición energética es innegable,
y sus avances e innovaciones repercuten
en los dos campos

Eólica
Precisamente, el desarrollo de la energía eólica es uno de los pilares fundamentales de la Estrategia Energética de Euskadi 2030, año en el que el territorio espera disponer de una potencia eólica de 783 MW. En este sector Euskadi se ha posicionado como uno de los líderes internacionales en innovación y tecnología, tanto en eólica ‘onshore’ como ‘offshore’, cubriendo toda la cadena de valor gracias a firmas como Erreka, Saitec, Ingeteam, Ormazabal, Indar, Sener, Haizea Wind, etc., que copan desde el diseño y fabricación de componentes hasta la monitorización y análisis de los datos. Asimismo, el País Vasco cuenta con Iberdrola y Siemens Gamesa como empresas tractoras de un ecosistema que cuenta con más de 100 entidades que generan 34.500 empleos y una facturación global de 15.700 millones. 
La CAV cuenta aún con unas cifras eólicas discretas, con una potencia instalada de 153 MW y una producción anual de 350 GWh, según el Ente Vasco de la Energía (EVE). Es por ello que el Ejecutivo ha abierto la puerta a la instalación de nuevas infraestructuras y ya son varias las compañías que tienen proyectados diversos parques eólicos, con el objetivo de instalar alrededor de 300 MW en los próximos años. Asimismo, hay en marcha 14 proyectos que pretenden alcanzar una capacidad para cubrir las necesidades de cerca de 300.000 hogares.
Mientras tanto, la esperanza se centra en la eólica ‘offshore’, que está consolidando su posición gracias, sobre todo, a los avances tecnológicos en torno a las estructuras flotantes y semiflotantes, que se pueden instalar en zonas donde es imposible anclar los aerogenerdores por la profundidad del mar, permitiendo colocar molinos cada vez más grandes sobre ellas para aprovechar la fuerza del viento. Y la industria vasca se está volcando en el desarrollo de las tecnologías de la eólica marina a través de diversos proyectos de I+D+i, como Wind2Grid a través del que, con Idom como principal impulsor, 11 compañías colaboran para incrementar la potencia de las turbinas, desarrollar soluciones flotantes para subestaciones en grandes profundidades, buscar materiales innovadores y sistemas antidegradación, digitalizar las subestaciones para optimizar su funcionamiento, facilitar actividades de O&M y reducir los costes capitales y operacionales.

H2Site ha instalado en Loiu (Bizkaia) la primera planta mundial para la fabricación de membranas de aleación de paladio para producir hidrógeno a partir de amoniaco o metanol.

Por otro lado, a través de la iniciativa Float&M, un consorcio de 16 empresas liderado por Saitec trabaja para ofrecer una solución integral para la operación y mantenimiento de parques eólicos flotantes, contribuyendo a la reducción del coste de la energía mediante estrategias de mantenimiento preventivo y predictivo y la mejora en la operación en base a modelos digitales que mejoren la producción y reduzcan la degradación de los componentes y sistemas. Para ello, se desarrollarán productos y servicios de alto contenido tecnológico como drones y robots para la inspección remota y automatizada, sistemas de monitorización y desarrollo de sensores específicos, sistemas ciber-físicos como gemelos digitales orientados al mantenimiento predictivo o modelos digitales para el control del parque marino.

Fotovoltaica
Mientras tanto, los cambios legislativos han favorecido el desarrollo de las instalaciones fotovoltaicas. Y lo que es más novedoso, el autoconsumo. Por las características físicas de Euskadi no hay posibilidades para realizar grandes instalaciones fotovoltaicas. Actualmente, Ekienea, con 100 MW de potencia instalada, y Ekian, con 24 MW, son los dos grandes parque fotovoltaicos. A los que se sumarán dos instalaciones de 50 MW cerca de Vitoria, promovidas por Indarberri. Pero la fotovoltaica está explotando, aprovechando el modelo de autoconsumo y comunidades energéticas, que está provocando, además, un cambio en el enfoque, al ser el propio usuario quien genera la energía que consume y el sobrante lo puede verter a la red. 
Es el caso, entre otros, de Bilbao Exhibition Centre que instalará en su cubierta 1.850 placas solares de 550 kW para autoconsumo; de Garlan, cuyo acuerdo con Ondoan contempla la ejecución de una instalación fotovoltaica de 100 kW; de Danobatgroup, que ha desplegado una red de más de 2.5000 placas fotovoltaicas en sus instalaciones; o de Ebaki XXI, que de la mano de Sidenhol ha llevado a cabo uno de los autoconsumos fotovoltaicos industriales más grandes de Euskadi, con una potencia instalada de más de 2 MW.

14 empresas se han unido en N0Waste, proyecto liderado por Ondoan, para investigar y aplicar nuevas tecnologías para reducir y valorizar los residuos alimentarios.

Asimismo, y con el fin de empoderar a la ciudadanía en la generación y gestión de las energías renovables, el EVE y Krean impulsaron el proyecto cooperativo Ekiola, mediante el que hasta la actualidad se han constituido 42 comunidades energéticas, con una potencia instalada de 17 MW. Este sistema se cuadruplicó en 2020 y 2021 en Euskadi con la instalación de 915 instalaciones foltovoltaicas y 21 MW con ayudas del EVE, que han inducido inversiones por valor superior a los 20 millones de euros. Por su parte, Edinor, filial de Petronor, también ha desarrollado un modelo de Comunidad Energética Local, bajo la denominación TEK (Tokiko Energía Komunitateak), que cuenta ya con 77 municipios adheridos a la iniciativa. 

Hidrógeno verde
Pero quizás uno de los elementos que más fuerza toma para la descarbonización de sectores industriales y del transporte de difícil desacoplamiento de las fuentes fósiles es el hidrógeno, en cuyo desarrollo Euskadi ha realizado una apuesta de liderazgo industrial y de I+D a nivel global. El territorio aspira a ser referente en la implantación de infraestructuras y tecnología relacionada con este vector dado que se anticipa un relevante horizonte de desarrollo de un mercado europeo y global que traerá consigo oportunidades en toda la cadena de valor, tanto en la producción como en la integración con plantas de generación renovable, el almacenamiento, el transporte, y la distribución y consumo.
Por ello, el Ejecutivo participa en el Corredor Vasco del Hidrógeno, un proyecto liderado por Petronor que aglutina a más de 70 empresas tecnológicas, industriales y del sector energético. Reconocido por Europa como ‘Valle del Hidrógeno del Año’, cuenta con proyectos que supondrán una inversión de más de 1.500 millones de euros hasta 2026 e impulsarán iniciativas en áreas como la producción de hidrógeno renovable y combustibles sintéticos, la movilidad y logística de distribución, la descarbonización de la industria, los usos urbanos, infraestructuras y el desarrollo tecnológico industrial.
Asimismo, las empresas también desarrollan proyectos de forma independiente, como es el caso de Nortegas, que ha culminado con éxito la primera fase de H2Sarea, una iniciativa única a nivel español que impulsa la inyección segura del hidrógeno verde en las infraestructuras de distribución de gas natural, y en la que también participan ABC Compresores, Erreka, Orkli, o Ikerlan; o de la primera planta mundial de fabricación de membranas de aleación de paladio para obtener hidrógeno a partir de amoniaco o metanol desarrollada por H2Site. También integradas en proyectos europeos o a través de alianzas, empresas como Iberdrola, CAF, Sener, Sarralle, Tecnalia o Talgo tienen en marcha proyectos relacionados con este vector tecnológico para posicionar al País Vasco como punta de lanza de la materia a nivel global. 

Economía circular
Junto a la descarbonización energética, la otra cara de la sostenibilidad aborda la economía circular, a través del ecodiseño, de una gestión optimizada de los residuos, priorizando el reciclaje y su revalorización como fuentes de materia prima, energía o productos de alto valor añadido, garantizando que los recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible.
De acuerdo con el ‘Diagnóstico de Economía Circular en la Industria del País Vasco’, si se acometieran soluciones innovadoras más circulares, se estima hasta un ahorro potencial medio del 6% en el consumo de materias primas, lo que supondría ahorros de 2.000 millones de euros en la industria vasca. Los sectores del metal (siderurgia, fundición, productos metálicos) y movilidad (automoción, aeronáutico) acumularían la mitad del ahorro potencial de la industria vasca.
En este camino, el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, con el fin reducir el vertido y fomentar la circularidad, ha tramitado durante los años 2021 y 2022 ayudas por valor de 33 millones de euros (15 millones de los recursos propios y 18, procedentes de fondos Next) para proyectos de valorización y economía circular.
En este ámbito, la I+D y la tecnología también están jugando un papel clave. Así, el pasado noviembre, el clúster de industrias de medio ambiente de Euskadi (Aclima) celebró el 2º Foro Basque Greentech, punto de encuentro entre la Red Vasca de Ciencia y Tecnología y el sector ara explorar las líneas tecnológicas y de investigación orientadas a que las empresas puedan afrontar retos: la gestión de residuos 4.0, nuevos modelos de economía circular industrial, desarrollo de modelos de inteligencia artificial para la gestión del ciclo integral del agua o nuevas herramientas digitales para la gestión de la calidad ambiental y de modelización.
Y uno de los ámbitos en los que más proyectos tecnológicos se están desarrollando es en el de la gestión de los residuos. En 2021, el Gobierno vasco aprobó el Plan de Prevención y Gestión de Residuos del País Vasco 2030 (PPGR 2030) que, enmarcado con la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030, el Green Deal europeo y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, y con una inversión de 97 millones, marcará la hoja de ruta en la materia durante la próxima década. Los objetivos prioritarios del planteamiento comprenden la reducción en un 30% de la generación de residuos, aumento de la recogida selectiva de los residuos urbanos hasta un 85%, reutilización del 85% de los residuos no peligrosos y reducción a menos del 15% de la eliminación en vertederos.
Y es que, como comentó la consejera Arantxa Tapia en la presentación del PPGR 2030, “favorecer una reducción significativa de la generación de residuos, el fomento de tecnologías para extraer materiales de valor de los residuos y la creación de un mercado para estos productos secundarios” es clave para alcanzar estos objetivos, actuaciones que las empresas vascas ya han hecho suyas, a través del desarrollo de diversos proyectos. 
Los ejemplos son numerosos. Así, 12 empresas lideradas por Sener y apoyadas por Gaiker, Tecnalia y Aclima colaboran en Birplast, proyecto de I+D industrial para desarrollar tecnologías que permitan proporcionar combustibles y productos con una menor huella de carbono y contribuir a la valorización de residuos plásticos. La iniciativa trabajará la mejora de los procesos avanzados de pretratamiento y separación, el desarrollo de procesos de valorización termoquímicos mejorados basados en pirólisis, gasificación y solvólisis, o las validación de materias primas circulares obtenidas en los procesos de valorización termoquímicos. 
A nivel sectorial, 14 empresas de la cadena alimentaria y de la industria tecnológica y de bienes de equipo de la CAV se han unido en N0Waste, liderados por Ondoan para investigar y aplicar nuevas tecnologías para reducir y valorizar los residuos generados en el suministro de productos de alimentación, permitiendo a Euskadi situarse como proveedor tecnológico clave para la sostenibilidad económica y medioambiental. El consorcio aspira a desarrollar procesos de producción alimentaria más sostenibles, flexibles y con cero defectos, mediante el uso de IA, ‘big data’, ‘blockchain’, IoT, etc. 
Por su parte, las fundiciones Betsaide y Metal Group, junto con la cooperativa Fagor Ederlan y el apoyo de Azterlan y de la Asociación de Fundidores del País Vasco y Navarra (AFV), han lanzado el proyecto Hicore, con el que pretenden encontrar la manera de revalorizar sus arenas residuales para su posterior consumo interno. Por último, Ceit coordina el proyecto europeo Darrow para desarrollar una solución de inteligencia artificial que permita a las plantas de tratamiento de aguas residuales ser más autónomas y eficientes energéticamente. 

Euskadi presenta la mayor exposición europea de ecodiseño

Las empresas vascas se adelantan a los requerimientos ambientales que marca la Comisión Europea en

materia de economía circular, como quedó reflejado en Basque Circular Summit 2022, uno de los encuentros más importantes en este ámbito del sur de Europa. Durante la cumbre, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, puso en valor la importancia estratégica de aplicar un modelo de economía circular, “algo que ya están haciendo nuestras empresas”. En este sentido, inauguró la exposición Zirkularrak, la mayor de productos circulares en Europa, una muestra de 175 productos ecodiseñados fabricados en Euskadi, con un impacto ambiental reducido gracias a la aplicación de metodologías de ecodiseño y economía circular. Organizado por Ihobe y con la colaboración de SPRI, en este foro participaron representantes de la Comisión Europea, grandes empresas vascas como CIE Automotive, Eroski, Siemens Gamesa, Petronor, Orona, Sidenor, Vicinay Cadenas, Iberdrola, Uvesco y Kutxabank, así como clústeres, centros tecnológicos, y universidades. Este congreso sirvió para dar a conocer a las empresas las líneas de trabajo propuestas por la Comisión Europea y los retos que las compañías deben afrontar, como el nuevo reglamento de ecodiseño para productos sostenibles, la implantación de un pasaporte digital de producto o la nueva directiva europea sobre información corporativa en materia de sostenibilidad.

Eólica marina, solución disruptiva para la transición energética

La transición energética requiere de soluciones disruptivas que sean capaces de transformar el

escenario actual desde una perspectiva sostenible y eficiente. La energía eólica marina es una opción cada vez más consolidada y que forma parte de la estrategia de las principales compañías energéticas, como es el caso de TotalEnergies, presente en el primer Congreso Nacional de Eólica Marina celebrado en Bilbao los días 22 y 23 de noviembre pasado con varios casos de éxito desarrollados en Francia y Reino Unido.
Tal como destacó la responsable de Eólica Marina Iberia de TotalEnergies, Alexandra de Marichalar, en su presentación ante los principales representantes del sector reunidos en el BEC, la compañía está impulsando de manera decidida las soluciones ‘offshore wind’, con un total de 11 GW en proyectos ya en desarrollo o en construcción. De ellos, un cuarto corresponde a soluciones flotantes, y el resto dispondrá de anclaje fijo. Algunos de estos proyectos se realizarán en Estados Unidos, Corea del Sur y Taiwan. En cuanto a los ‘casos de éxito’ en eólica marina, Alexandra de Marichalar presentó tres proyectos destacados de TotalEnergies. En primer lugar, el proyecto ‘Amarree’, liderado por la sociedad Cooperation Maritime, en colaboración con el Ministerio francés de Transición Ecológica, y que ayudó al sector pesquero a hacer frente a los precios récord del combustible a través de diversas medidas -sustentadas en este tipo de energía renovable- que contribuyeron a que los barcos pesqueros redujeran su consumo de combustibles fósiles. 
En segundo lugar, la directora de Eólica Marina Iberia en TotalEnergies presentó el proyecto ‘Erebus’, desarrollado frente a la costa de Gales, y que cuenta con una capacidad de generación de energía de 96 MW en su primera fase y 300 MW en su ampliación. Las turbinas eólicas marinas son de tipo flotante que les capacitan para operar en las profundidades de la costa española. También en Reino Unido, pero en este caso en Escocia, se encuentra un importante desarrollo eólico marino, el proyecto ‘Seagreen 1’, que con un capacidad de hasta 1.500 MW podrá cubrir las necesidades energéticas de alrededor de un millón de hogares británicos.   
En lo que respecta al desarrollo de proyectos en el mercado español, Alexandra de Marichalar aseguró que TotalEnergies “está trabajando ya intensamente para promover parques eólicos marinos alineados con criterios de sostenibilidad, protección del medio ambiente y respeto del territorio”. La cuestión principal ahora -aspecto en el que coincidió la práctica totalidad de los asistentes al Congreso-, en palabras de la directora de Eólica Marina Iberia en TotalEnergies, es la definición del contexto normativo. Mientras ese proceso sigue su curso, “nosotros estamos analizando las diferentes opciones de implantación de los futuros parques en las costas de nuestro país, tomando como base las zonas definidas en el borrador de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo”.

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