Entrar siempre en un nuevo mercado de la mano de un cliente o proyecto para después diversificar dentro de ese país con nuevos proyectos y clientes, y apalancarse en la estructura local creada para incorporar poco a poco las distintas áreas de negocio es la primera clave en la que Dominion ha basado su modelo de internacionalización. La segunda, su cultura interna y una apuesta por una gestión descentralizada y ‘glocal’, con equipos que conocen perfectamente las características del país, permitiéndoles mantener su autonomía y, al mismo tiempo, aprovechar las ventajas de formar parte de una empresa con una visión global del negocio. Especial
El grupo vasco de servicios y soluciones tecnológicas Dominion tuvo desde su creación en 1999 vocación de crecer allí donde hubiera una oportunidad de negocio, diversificando el riesgo entre geografías que se comportan de manera distinta. “En los primeros años, por afinidad cultural y siguiendo a algunos clientes, nos centramos en países latinoamericanos”, recuerda Roberto Tobillas, director general de la compañía. En 2001 entraron en México con la compra de una empresa local, para situarse poco después en Argentina. Hoy están presentes en más de 35 países de los cinco continentes. “Siempre nos hemos sentido una empresa global. La geografía