La economía vasca es intensiva en recursos procedentes del exterior dependiendo en un 75% de importaciones. Como contrapartida, la productividad ha pasado en sólo diez años de generar 1,5 a 2,9 euros por cada kilogramo de material utilizado, aunque la generación de residuos es del 7% del consumo total de toneladas de materias primas. La Economía Circular debe ser una prioridad para la empresa vasca. Impulsarla supone detectar nuevas soluciones y oportunidades de negocio que demandan de una colaboración público-privada para el enverdecimiento de la manufactura, del consumo, del producto y del fin de vida.
Todo avance tecnológico y todo avance social parten de una misma premisa: pensar diferente y sufrir en silencio la incomprensión. Y su alimento es el trabajo discreto, la curiosidad y la decisión de abrirse para compartir ideas y cooperar. Los avances tecnológicos han venido de sociedades abiertas, con espacios de innovación, donde las personas cooperan y se sienten libres de pensar y ser diferentes, con una capacidad de transformar la Innovación tecnológica en productos industriales útiles para el mercado. Las sociedades cerradas con una visión centrada en la innovación tecnológica como flujo de captación de recursos públicos solo tienen
