La realidad avanza muy rápido y lo que se escribe hace 15 días se ve superado por los acontecimientos. El coronavirus ya es pandemia global y Euskadi está afectada de forma notable en lo social y en lo económico. Ya no es solo la afección del parón de la economía china. Ahora están encima de la mesa las repercusiones de lo que puede ser una paralización de la economía global. Una situación totalmente nueva y desconocida, que veremos cómo se maneja. Hay quien apuesta por hacer un ‘reset’ total de dos meses y quien incide en medidas de contención. Las instituciones, como es lógico, tienen como primer objetivo contener la crisis sanitaria. Y las repercusiones en la economía se están contemplando con preocupación y se empiezan a adoptar planes de choque. Pero la afección a las empresas va a ser importante y grave. Las reacciones de las bolsas han sido una muestra más de pánico, que de reflejo real de la situación. No parece que avancen lo que los ‘mercados’ anticipan. Más bien, muestran el desconcierto y el temor ante una situación no conocida hasta ahora. Si este entorno se mantiene en el tiempo y los organismos internacionales no toman medidas decididas podemos entrar en un terreno peligroso. De todas formas, estas son unas apreciaciones y líneas que pueden cambiar dentro de unos días. Pero sí se puede incidir en algo que no caduca: sentido común. Precaución sí, pero sin caer en la histeria y sin perder el norte.