Parece que a medida que nos acercamos al invierno y a las navidades nos estemos contagiando todos de un espíritu más cercano, más fraternal y más colaborativo. En la propia investidura del lehendakari Urkullu las palabras más repetidas, también en la propia oposición, fueron acuerdo y diálogo. Unos términos que se comienzan a manejar de forma muy habitual también en el escenario político madrileño. Y en la primera reunión entre responsables gubernamentales vascos y centrales, el consejero Azpiazu y el ministro Montoro, han acordado pactar el déficit público de Euskadi hasta 2019 y la creación de grupos de trabajo sobre la Ley de Cupo, las liquidaciones pendientes, la actualización del Concierto Económico y las obras de la Y vasca en Bizkaia y Álava. No parece un mal comienzo. Al mismo tiempo, por primera vez en muchos años se constituía una mesa con todos los agentes sociales. En la sede del CRL, Confebask, ELA, LAB, CC.OO. y UGT empezaban a tejer un Acuerdo Interprofesional de Negociación Colectiva, para dar preferencia aplicativa a los convenios vascos frente a los estatales. El 10 enero es la próxima cita y parece que la voluntad de acuerdo está presente en todos los agentes sociales. Sería el primer acuerdo de calado en mucho tiempo. Y también de colaboración se habló en el evento ESTRATEGIA?Topagunea Eskuinaldea, seis empresas diferentes colaborando para sacar adelante tres proyectos complejos. Seguramente será la necesidad, pero como dice el dicho “hacer de la necesidad virtud”. Pues bienvenida sea la necesidad.