La respuesta está en el viento, cantaba Bob Dylan, y puede que el cantautor norteamericano tuviera razón. El éxito de la reciente edición del certamen Wind Europe ha puesto el foco en la energía eólica como alternativa, solución o ayuda a la actual crisis energética. Si las renovables han tomado protagonismo por la situación de las fuentes energéticas de derivados fósiles y el alza de los precios del petróleo y el gas como consecuencia de las tensiones geopolíticas, el viento está llamado a liderar la transición acelerada en materia energética. El BEC ha bullido de actividad. Había ganas de reencontrarse y volver a hacer negocios, cara a cara. Y la temática del certamen no ha podido ser más acertada para el primer gran reencuentro industrial del año. Además, ha servido de escaparate para todo el ecosistema eólico vasco, que ha demostrado su buen hacer y su capacidad. Ahora solo falta ser profeta en nuestra tierra y aprovechar la coyunturas para desplegar este potencial en favor de la economía y la sociedad vasca, creciendo en generación eólica. Y estas buenas vibraciones registradas en el recinto ferial, y también en los hoteles y en la actividad de la capital vizcaína, se pueden ver refrendadas con una magnífica edición de la Bienal de la Máquina Herramienta, que ya tiene contratada prácticamente toda su superficie disponible. Así que, sí: a pesar de todo, soplan vientos cargados de esperanza.