El objetivo principal del Plan de Industrialización 2014-2016 es fortalecer la competitividad de la industria vasca en el mercado global, y para alcanzarlo se han establecido siete objetivos centrales, cinco ejes estratégicos y 20 líneas de acción. El primero de los objetivos es respaldar los procesos de reestructuración y la supervivencia de proyectos empresariales viables, apoyando a las empresas en dificultades. El segundo, reforzar, diversificar y segmentar la dotación de fuentes e instrumentos de financiación a disposición del tejido industrial, a través del desarrollo de mecanismos de apoyo a la financiación empresarial que mejor se adapten a sus necesidades. El tercer objetivo es apoyar la diversificación de la estructura hacia nuevos sectores de oportunidad, y el cuarto, aumentar la actividad empresarial, considerando las diferentes modalidades de creación de nuevas iniciativas emprendedoras, y especialmente el intraemprendimiento. El quinto es mantener y reforzar el peso de la industria en la economía vasca; el sexto objetivo, impulsar un desarrollo de la política energética que apalanque el crecimiento, la competitividad y la sostenibilidad de Euskadi. Y el séptimo, desarrollar y apoyar al capital humano para promover el empleo y reforzar la competitividad del tejido empresarial. Pero el Plan también reforzará el impulso de proyectos industriales que ejerzan un ‘efecto arrastre’ del tejido industrial, como es el caso de Orona, cuyas instalaciones visitó recientemente la consejera Arantza Tapia, en la imagen.