“Retos y oportunidades ante un ejercicio incierto”

Juan Ugarte, director general de SEA Empresas Alavesas

Juan Ugarte, director general de SEA Empresas Alavesas

El inicio del año es el momento de hacer balance de la situación que han vivido las empresas alavesas y de analizar cómo se presentan los retos y las oportunidades en este nuevo ejercicio. En SEA Empresas Alavesas, desde donde llevamos a cabo un constante monitoreo de la realidad empresarial mediante el Observatorio de la Situación de las Empresas, hemos podido obtener datos reveladores sobre las dinámicas que han marcado el curso de las empresas y cómo se perfilan las perspectivas para el futuro.

Los resultados de 2024, lejos de ser tan negativos como algunos temían a principio de año, han sido mejores de lo previsto. De acuerdo con los datos obtenidos, siete de cada diez empresas han logrado cerrar el ejercicio con resultados iguales o incluso mejores a los obtenidos en 2023, lo que nos lleva a un optimismo relativo ante las adversidades. Sin embargo, la realidad no es tan sencilla, y a pesar de este balance positivo, los problemas estructurales siguen siendo una constante.

Entre los principales obstáculos a los que las empresas alavesas han tenido que hacer frente a lo largo de 2024 se encuentran, en primer lugar, el absentismo y los costes laborales. Estos factores han condicionado la productividad y el bienestar de las organizaciones, especialmente en un contexto de alta incertidumbre. De hecho, la dificultad para encontrar profesionales cualificados ha sido otro de los problemas recurrentes, lo que demuestra que la falta de talento sigue siendo una de las principales limitaciones para muchas empresas.

Además, no podemos olvidar el impacto de la situación económica internacional, en especial los efectos derivados de las decisiones arancelarias entre Estados Unidos y China. En Álava, una provincia eminentemente exportadora, las políticas comerciales de estas dos grandes potencias son seguidas con especial atención, pues cualquier alteración en los flujos internacionales podría afectar gravemente a nuestra economía local.

De cara al futuro, el escenario sigue siendo de incertidumbre. Más de la mitad de las empresas (56%) perciben una desaceleración en el mercado, una tendencia que se acentúa cuando se les pregunta por su previsión para los próximos meses (59%). Este panorama se refleja en una caída de las ventas tanto en el mercado nacional como en las exportaciones: un 53% de las empresas han experimentado una disminución de las ventas en el mercado nacional, mientras que un 41% ha visto una disminución en las exportaciones.

Este enfriamiento de la actividad económica se traduce en un debilitamiento de las carteras de pedidos. Un 53% de las empresas asegura tener una cartera de pedidos débil o muy débil, lo que deja entrever que la demanda está estancada y que la reactivación será clave para los próximos meses. Sin embargo, a pesar de este contexto, las empresas alavesas han decidido apostar por mantener el empleo actual, priorizando la estabilidad de sus plantillas. Este compromiso con el empleo es una señal clara de que las empresas entienden que el capital humano es uno de los activos más valiosos a la hora de afrontar los desafíos económicos.

Ante esta situación de incertidumbre y desaceleración, las demandas del empresariado alavés son claras. En primer lugar, la reducción de la fiscalidad empresarial se perfila como una necesidad urgente para dar margen de maniobra a las empresas y fomentar la competitividad en un entorno cada vez más complejo. Asimismo, las empresas reclaman que las instituciones no intervengan en el ámbito de las relaciones laborales y la negociación colectiva, entendiendo que un entorno flexible y adecuado a las realidades del mercado es fundamental para que las organizaciones puedan adaptarse rápidamente a las cambiantes circunstancias.

A modo de resumen, me gustaría destacar que el año 2024 nos ha dejado lecciones valiosas. Las empresas alavesas han sabido adaptarse a un contexto desafiante y han demostrado resiliencia frente a los obstáculos. Sin embargo, la incertidumbre global y la ralentización de la demanda nos obligan a estar alertas y a buscar nuevas estrategias para mantener la competitividad.

A medida que nos adentramos en 2025 comprobamos que cada vez es más necesario un gran pacto social entre las empresas, instituciones, agentes sociales y trabajadores para garantizar la competitividad presente y futura del tejido empresarial y del bienestar de Álava. Solo con un pacto social de estas características seremos capaces de responder a todos los obstáculos que se nos presenten en el camino.

Por nuestra parte, las empresas están dispuestas a afrontar los desafíos, siempre con la mirada puesta en la sostenibilidad, la innovación y, sobre todo, el bienestar de sus trabajadores y del conjunto de la sociedad alavesa.

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