Repsol presentó su Plan Estratégico para el periodo 2016-2020, con el que la compañía emprende una etapa de puesta en valor del crecimiento alcanzado tras lograr los objetivos fijados en su anterior Plan Estratégico, todo ello en un entorno de bajos precios del crudo.

Repsol presentó a finales del pasado año su nuevo Plan Estratégico 2016-2020 con el objetivo de garantizar la fortaleza de la compañía y su capacidad de creación de valor en un contexto de bajos precios del petróleo. El nuevo tamaño y perfil de compañía, adquirido tras el cumplimiento de los objetivos del plan 2012-2016 y la operación transformadora de Talisman, permitirán a Repsol iniciar una etapa de puesta en valor de este crecimiento, dotándose de un elevado nivel de eficiencia y resiliencia.
Tras el periodo de crecimiento culminado con la compra de Talisman, el Plan Estratégico 2016-2020 prevé que al final del mismo y tras el programa de actuaciones previsto, Repsol habrá multiplicado por dos su Resultado Bruto de Explotación (Ebitda) hasta los 11.500 millones de euros.
El Plan contempla un ambicioso programa de eficiencia, con actuaciones y compromisos concretos (algunos ya implementados) con los que obtendrá 2.100 millones de euros/año de ahorros y sinergias. Asimismo, con la integración de Talisman, Repsol se ha dotado de una cartera de activos de gran calidad que requieren de una menor inversión para mantener los niveles de producción y el ratio de reposición de reservas en el entorno del 100%. Por otro lado, gestionará activamente su portafolio de negocios, de manera que la flexibilidad, fortaleza y adaptabilidad del mismo permitirá obtener 6.200 millones de euros por desinversiones en activos no estratégicos, y reducir hasta el 38% el volumen de inversión para lograr el perfil de compañía deseado.
“Este plan no solo muestra nuestra solidez y resiliencia, sino lo lejos que podemos llegar en términos de creación de valor y fortaleza de nuestra compañía”, dijo Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.