En esta legislatura, el Gobierno vasco va a movilizar 13.250 millones de euros para la reconstruir los destrozos causados por la crisis económica derivada de la pandemia. Un programa que persigue fomentar 135.000 empleos; apoyar la creación de 6.000 nuevas empresas; promover 1.000 nuevos proyectos de I+D; apoyar a 10.000 empresas industriales; aumentar el valor añadido de 4.000 industrias y servicios avanzados y de 100 industrias alimentarias, e incrementar en 1.400 millones el valor añadido del comercio, la hostelería y el turismo. En definitiva, volver a poner en marcha el motor del crecimiento económico para rebajar el desempleo a menos del 10% de la población activa. Si a esto le sumamos los 67 proyectos tractores, que prevén una inversión de 11.600 millones de euros y que optan inicialmente al apoyo de los fondos europeos, comprenderemos la magnitud de la tarea que tenemos por delante. Y de las posibilidades para aprovechar estos recursos públicos y privados para acometer las grandes transformaciones competitivas de la economía vasca, en línea con los desafíos marcados desde Europa. Ahora es cuando tenemos que activar las fortalezas con las que cuenta Euskadi: el Concierto Económico, la experiencia de haber superado crisis anteriores, la colaboración público-privada, una industria saneada y una potente Red de Ciencia, Tecnología e Innovación. Nos jugamos el futuro.