Oleofat entra en la primera planta de biometano del Estado conectada a la red

Participa en un proyecto de seis millones de euros, que verá la luz en Soria en 2022

Oleofat tiene plantas de producción en las localidades navarras de Tudela (en la imagen) y Caparroso.

La empresa Oleofat, especializada en la producción de biocombustibles sostenibles y avanzados, ha entrado como socio en un proyecto para construir la primera planta de biometano del Estado conectada a la red eléctrica. La instalación, impulsada por un grupo empresarial navarro, verá la luz en 2022 en Soria.

Oleofat, grupo empresarial especializado en la gestión y tratamiento de residuos oelaginosos y su posterior valorización en industrias de valor añadido, aportará experiencia, conocimiento y capital a la primera planta de producción de biometano del Estado con conexión a la red eléctrica.
La instalación, promovida por un grupo empresarial propietario de una planta de biogás en Cabanillas (Navarra), se pondrá en marcha a finales de 2022 en el término municipal de Olveda (Soria). Oleofat participa con un 20% en este proyecto pionero, que aprovechará, además, el CO2 generado en el proceso de producción del biogas para su venta a la industria alimentaria. La rentabilidad no queda ahí porque también sacará beneficio del digestato, otro subproducto generado después de la digestión anaeróbica de una materia prima biodegradable, y que es utilizado como abono orgánico, “el futuro de la fertilización del campo”, tal y como explica Rafael Lavín, director general de Oleofat, que en septiembre pasado dio entrada en su accionariado al fondo ABE Capital Partners. Esta operación ayudará a Oleofat a consolidarse en el sector de los biocombustibles avanzados y a su expansión con “nuevos proyectos, uno de ellos en el País Vasco, y entrada en mercados de alto valor añadido”, según revela Lavín.

La empresa, que ha dado entrada en su capital al fondo de inversión ABE Capital Partners, espera duplicar este año

sus ventas y llegar a los 60 millones de euros

La inversión constante en tecnología e infraestructuras de primer nivel ha permido a Oleofat aumentar su portfolio de productos con una oferta de mayor complejidad. Los mismos salen de sus dos plantas navarras, ubicadas en Tudela y Caparroso. Gracias a su I+D y a pesar de su juventud, inició su actividad en 2015, Oleofat ha logrado en un lustro desarrollar novedosos productos a partir de residuos de aceites vegetales, tras adquirir en 2018 la infraestructura de la desaparecida empresa aceitera andaluza Deolio y trasladarla a su planta de Tudela.
El director general de Oleofat destaca el amplio abanico de aplicaciones de los principios activos que contienen estos residuos grasos vegetales, y animales, entre los que está el escualeno, utilizado, por ejemplo, como coadyuvante en la fabricación de vacunas contra el covid-19.
Una de las aplicaciones más relevantes de la materia prima que produce Oleofat, que tiene una plantilla de 85 personas, es la fabricación de biocombustibles avanzados y mucho más sostenibles, como el ‘biojet’ de aviación y otros para el tráfico marítimo. Recientemente, la empresa ha firmado un contrato para suministrar a Holanda, ejemplo en materia de sostenibilidad marina. Lavín está convencido de que “vamos hacia combustibles más sostenibles, más complejos y más caros, es la única forma de luchar contra el cambio climático”.

Tierras, mares y cielo más limpios

Los biocombustibles avanzados producidos a partir de residuos de aceites vegetales están llamados a sustituir a medio plazo a gasóleos, fueloleos y querosenos usados hasta ahora en el transporte aéreo, marítimo y terrestre, mucho más contaminantes. Oleofat ha logrado desarrollar en sus plantas navarras una novedosa materia prima a partir del procesado de subproductos oleaginosos para la fabricación del denominado ‘biojet’, un biocombustible sostenible y ecológico para aviones, que permitirá reducir la huella de carbono en el secor aeronáutico. La compañía ha iniciado ya el suministro de esta materia prima al grupo Repsol, concretamente a su refinería de Petronor en Bizkaia. Las posibilidades que ofrece la valorización de residuos y subproductos a partir de grasas vegetales es inmenso, lo que abre la puerta a la expansión de Oleofat en mercados de valor añadido como el cosmético y nutracéutico.

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