”Nos ubicamos en República Checa porque allí está el aserradero de un grupo sueco que es un proveedor clave”

LANA. Fabricación de productos en encofrado de madera y pellets

  • Lana
  • 17-Abril-2023
Foto: Lana

La cooperativa oñatiarra Lana, especializada en la producción de tableros y vigas para encofrados, inició su proceso de internacionalización hace casi dos décadas, concretamente en el año 2004 y a raíz de la puesta en marcha de su plan estratégico, momento en el cual sus responsables se dieron cuenta que necesitaban ubicarse en Centroeuropa - lugar de origen de su materia prima- para “poder ser competitivos en aquellos mercados”. “La ubicación elegida fue la ciudad de Zdirec nad Doubravou, en la República Checa, al lado de un aserradero perteneciente a un grupo sueco que es un proveedor clave nuestro”, recuerda Mirari Zilaurren, presidenta de la cooperativa. A partir de ahí y desde su sede checa, la compañía inició su apertura a nuevos mercados como Europa Central e Italia. Su intensa actividad exportadora les ha llevado a concebir durante estos años al Viejo Continente como un “mercado local” y a concentrar en el segmento de la exportación el 70% del total de sus ventas. Desde su planta de Oñati también abastecen a países como Portugal, Francia y al Norte de África. Como reconocimiento a su esfuerzo en este ámbito, la cooperativa ha sido distinguida recientemente por la Cámara de Gipuzkoa con el premio a la Internacionalización Empresarial. “Nuestra estrategia de internacionalización se centra en la materia prima porque para nuestros procesos y márgenes es clave: desde este punto de partida hemos podido abrir mercados y acceder a nuevos clientes en el mercado internacional”, afirma Zilaurren. En este proceso de expansión internacional, la cooperativa también ha tenido que sortear dificultades, que, en su caso, se centraron en tener que fabricar un producto en un mercado como el europeo que exigía altos estándares de calidad. “Europa era más exigente que el mercado local y esto nos ayudó a aprender y aplicar en nuestra dos plantas la búsqueda de una mayor calidad que hoy nos ha dado un reconocimiento internacional”, subraya orgullosa. La firma guipuzcoana que cuenta con 230 empleados y factura 101 millones de euros, dispone del apoyo de la Corporación Mondragon en su plan de implantación internacional, así como de un equipo humano y profesional formado por “personas ilusionadas y competentes”, que según Zilaurren, constituyen sus principales fortalezas. De cara al futuro, la cooperativa espera seguir creciendo en su proceso de expansión internacional con “nuevos proyectos marcados en nuestro plan estratégico”, concluye Zilaurren.

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