Euskadi alberga un gran potencial innovador a pesar de la falta de talento, ligada a la crisis demográfica y deficiencias del sistema formativo, según se puso de relieve en la mesa redonda organizada por ESTRATEGIA EMPRESARIAL para debatir sobre innovación disruptiva, entendida como aquella que deja obsoletas las que se estaban utilizando hasta ese momento. En el encuentro tomaron parte Marian Ibarrondo, directora de Investigación e Innovación Sanitaria del Gobierno vasco; Ibone Rodríguez de Pablo, directora general de la compañía Zunibal, especializada en soluciones tecnológicas innovadoras para la pesca sostenible, y Juan Tomás Hernani, CEO de Satlantis, que participó vía streaming en una escala de un viaje a Armenia, donde la empresa vizcaína ha conseguido uno de sus últimos contratos de sus cámaras de alta definición para nanosatélites, que también ha empezado a fabricar. Tres auténticos ejemplos de innovación disruptiva ‘made in Euskadi’. 

Desde el punto de vista social, empresarial y económico, las tecnologías disruptivas no sólo provocan cambios en un sector concreto sino que tienen repercusión a un nivel más global. Esto se puso sobre la mesa en el diálogo que organizó ESTRATEGIA EMPRESARIAL con dos empresas y un organismo que realizan I+D+i puntera en sus campos para debatir sobre la innovación disruptiva. En el caso de la salud, con las vacunas, por ejemplo, es evidente. Euskadi puede presumir de un competente sistema de innovación ‘top’ en salud, en el que participan un amplio abanico de agentes, públicos y privados. Desde el ámbito público, Marian Ibarrondo dirige el área de Investigación e Innovación Sanitarias del Gobierno vasco, que incluye tres institutos de investigación sanitaria territoriales (Bioaraba, Biobizkaia y Biogipuzkoa) y otro cuarto horizontal, Biosistemak, coordinados desde la Fundación Bioef. “Trabajamos en colaboración con todo el ecosistema vasco de investigación e innovación en salud”, subraya Ibarrondo.

La pesca del atún de cerco en los trópicos, donde faena una potente flota vasca, se ha convertido en una industria muy puntera tecnológicamente, empezando por las propias embarcaciones y terminando por la instrumentación, comunicaciones y sistemas de explotación de datos. Lo saben muy bien en Zunibal, una compañía especialista y pionera en tecnología para la pesca del atún a través del uso de boyas satelitales, con más de 25 años de andadura. Su directora general, Ibone Rodríguez de Pablo, es firme partidaria de atraer a los mejores profesionales y tecnólogos, sea cual sea su país de origen, aunque reconoce las dificultades existentes en el caso de áreas de la industria 4.0 como el de la inteligencia artificial, que la empresa ha comenzado a incorporar en sus dispositivos utilizados por flotas atuneras de cerco.
Satlantis, convertida ya en un desarrollador del satélite de observación completo y designada para liderar un programa de investigación de la Agencia Espacial Europea (ESA), tiene en el horizonte un gran proyecto de fusión de tecnologías de la mano de la finlandesa Iceye llamado a revolucionar los sistemas de observación del cosmos. La firma vizcaína, que este año ha lanzado al espacio 'Urdaneta', el primer satélite vasco, ha completado un circuito de financiación cargado de proyectos y con la meta de llegar a 20 millones de facturación en 2023. En palabras de su CEO, Juan Tomás Hernani, es una empresa que se dedica a “entender el lenguaje de la luz”, creada en Florida en el año 2000 y que tiene sedes en esta ciudad estadounidense y en el parque científico de la UPV/EHU en Leioa (Bizkaia) a las que pronto sumará otra en Reino Unido. Como muchas empresas de base tecnológica, Satlantis es también fruto, explica Hernani, “de una genialidad”, en su caso del investigador del CSIC y profesor de la Universidad de Florida Rafael Guzmán, que vio el gran potencial de, resume el CEO de Satlantis, “utilizar un telescopio que miraba a las estrellas, darle la vuelta y empezar a mirar para abajo, a la tierra”.

Marian Ibarrondo, Ibone Rodríguez de Pablo y Juan Tomás Hernani, desde sus particulares trayectorias, experiencias y responsabilidades ejecutivas, coinciden en destacar las fortalezas del País Vasco en la carrera de la innovación disruptiva, pero también en apuntar algunas debilidades entre las que se encuentra la falta de profesionales especializados, fundamentales para llevar a buen puerto los innovadores proyectos -que existen, y sus respectivas organizaciones son un buen ejemplo de ello-, y competir con garantías en un mercado globalizado al máximo y en el que, en muchas ocasiones, los 'cerebros' se venden al mejor postor. En este sentido, Hernani señala a la Universidad que, a pesar de haberse “universalizado” el acceso a la misma, no está dando respuesta adecuada a la demanda de perfiles de alta capacitación tecnológica que demandan empresas como Satlantis, que ha creado su propia Escuela para formar profesionales cualificados en las tecnologías que emplea en sus nanosatélites y en los avanzados equipamientos ópticos que albergan. En el marco de esta iniciativa ha impulsado un máster de excelencia internacional, dirigido por Agustín Sánchez-Lavega, catedrático de Física Aplicada en la Escuela de Ingeniería de Bilbao. “Tenemos que preparar la Euskadi 5.0 en 2030 y cambiar unas estructuras, entre ellas la de la Universidad, que continúan parecidas a las de hace 20 años”, afirma el directivo. “Con el cambio que ha experimentado el mundo, nuestra estructura sigue siendo la misma y eso no puede ser”, añade. Ibarrondo comparte esta preocupación por los déficits formativos reglados y subraya el valor de las prácticas en empresas durante el periodo universitario. En este punto, el director general de Satlantis reconoce su afinidad con el modelo sueco de propiedad intelectual en la Universidad, “donde las patentes son propiedad de los profesores”. Y, sobre todo, destaca la importancia de ”estar conectado y con las ventanas abiertas para poder mantener un nivel de tensión innovadora permanente”.

Al hilo de ello, Juan Tomás Hernani muestra su admiración por el sistema formativo dual de Alemania y apunta los beneficios de realizar prácticas en empresas a partir del segundo año de una carrera técnica. Lo que se puede traducir como “hacer banquillo”, respalda Ibone Rodríguez de Pablo, recurriendo a un símil deportivo. Esta directiva realiza una pregunta retórica, con difícil respuesta: “¿Por qué no quieren venir los jóvenes a nuestras empresas, si cuando conocen nuestros proyectos les encantan?”.

Un sector público robusto y con financiación adecuada es, por otro lado, garantía de un sistema de salud eficiente y que de respuesta a las demandas de una población cada vez más envejecida. Desde su puesto al frente del área de Investigación e Innovación Sanitaria del Gobierno vasco, Ibarrondo destaca la necesidad de mejorar la coordinación y cooperación entre todos los agentes que intervienen en la salud y la calidad de vida de las personas, que es uno de los ejes de la nueva Estrategia de Investigación en Salud de Euskadi 2022-2025. “Trabajar en investigación en una isla no tiene sentido”, asegura, y añade que “tampoco podemos caer en la contemplación de que todo se logra con dinero”.

Volviendo a la cuestión del talento, mejor dicho a la falta del mismo, una preocupación compartida por todos los participantes en el encuentro, Juan Tomás Hernani aconseja “contratar a las personas con competencias especiales que necesites y reducir la subcontratación de empresas o instituciones”. También pone sobre la mesa las desventajas que, en su opinión, ha traído el teletrabajo, revalorizado en tiempos de pandemia pero que ha introducido ciertas distorsiones salariales, así como un menor compromiso e inestabilidad en las plantillas. A pesar de la comodidad que puede suponer trabajar desde casa para la empresa que mejor te pague -Hernani pone el ejemplo de un especialista informático español que opta por 'fichar' por una compañía alemana-, el directivo bilbaíno confía plenamente en el atractivo de conocer 'in situ' empresas como la que dirige.

El desconocimiento de la actividad que realizan empresas punteras como Zunibal (solo tiene dos competidores a nivel mundial, ambos españoles, en un mercado ‘de nicho’) puede ser también una asignatura pendiente. “Muchas visitas se sorprenden cuando acuden a nuestras instalaciones porque se esperan una fábrica en la que te manchas de grasa”, dice Rodríguez de Pablo.
En la conversación aflora también el problema demográfico que afecta a sociedades avanzadas, incluida la vasca, porque la cuestión del talento se inscribe en esta realidad. “No tenemos jóvenes”, alerta Hernani, partidario de “proteger la familia con medidas de conciliación y de igualdad para que no sea la mujer la que soporte el cuidado de los hijos, que es donde reside la verdadera diferencia con los hombres”. La baja natalidad en territorios como Euskadi debe ser compensada a través de la incorporación de inmigrantes al mercado laboral. “Necesitamos a la inmigración”, afirma.

“Necesitamos cotizantes que nos paguen las pensiones a medio plazo pero ahora lo más urgente es cubrir puestos de trabajo”, opina la directora general de Zunibal, que ha tenido en su plantilla profesionales de Estados Unidos, Argentina, Turquía y China, “a pesar, en este último caso, del abismo cultural existente”. Este déficit de talento es más evidente en campos como el de la inteligencia artificial, que la empresa de Derio ha incorporado, junto al ‘big data’ y el ‘machine learning’ a sus sistemas de monitorización de flotas pesqueras y optimización de las capturas de atún. Rodríguez de Pablo alerta también de la escasez de mujeres en la industria 4.0, que también afecta a su empresa.

Esta falta de 'mano de obra' local de alta cualificación es palpable también en la Sanidad pública. Ibarrondo reconoce que “en el sector salud faltan muchos médicos” y que se está intentando atraer a perfiles internacionales. “Necesitamos más mestizaje y diversidad”, resume la directora del área de Innovación en Salud del Gobierno vasco, firme partidaria de la atención primaria personalizada y la medicina basada en el valor. Para Ibarrondo, “emplear un robot quirúrgico es muy tecnológico y está muy bien, pero debemos recuperar el concepto de atención personalizada que ofrece esa o ese médico que nos cuida, que nos quiere, y que a veces se echa en falta”. 

Los valores de siempre
Al hilo de estas reflexiones expuestas en el diálogo, se plantea una pregunta: si lo más rompedor ahora es volver a las antiguas escuelas de aprendices, a poner al paciente en el centro del proceso sanitario, a dar a conocer la empresa en el entorno, ¿no será lo más disruptivo recuperar antiguas prácticas abandonadas por otras modas más ‘cool’? Ibarrondo reconoce que “trabajar en un sistema muy ‘macro’ hace que a veces olvidemos que somos personas que nos gusta tocarnos, mirarnos a los ojos y entendernos. Me parece que, en todo este cambio tecnológico, nos hemos perdido algo por el camino”. Y reivindica ese médico “que nos conoce y nos cuida”, aunque también apunta que esto “cada vez es menos atractivo”, porque “está mucho más de moda optar por una especialidad quirúrgica, por ejemplo, que es algo mucho más tecnológico. Por ello se intenta dar más valor a la atención primaria, donde hay gente muy buena”.

Algunas veces, lo más disruptivo es retomar procesos y actuaciones que se hacían en el pasado y que por la evolución o la tecnología se han perdido

“Yo, cada vez que me toca ir al ambulatorio, salgo emocionado -enfatiza Hernani-. Me parece increíble el resultado y lo que te dan, y también la humanidad de nuestros sanitarios”. Y respondiendo más directamente a la cuestión, el CEO de Satlantis recuerda la contribución de la Escuela de Altos Hornos al desarrollo metal-mecánico vasco. “En el fondo son viejos principios que siempre deben estar ahí” y vuelve a alabar el sistema de formación dual alemán. “Si tenemos jóvenes que desde tercero de carrera están haciendo prácticas en la empresa, que hacen su trabajo de fin de grado en la misma compañía, que después se hacen el master allí mismo, cuando obtienen el título de ingeniero llevan tres años con nosotros y son personas superpreparados en retos reales muy complejos. Eso tenemos que hacerlo. Y quizás lo que tenemos que hacer las empresas es montar estrategias de captación, lo antes posible”, apunta.