Memoria, dignidad, reparación y convivencia

La patronal Confebask ha homenajeado, en una acto de “recuerdo y justicia”, a los empresarios y directivos asesinados, secuestrados y extorsionados por ETA; un encuentro de memoria y reconocimiento al que se sumaron cerca de 600 personas, entre damnificados de la banda terrorista, representantes políticos, sociales e institucionales, con el Gobierno vasco en pleno.

En un acto de profunda emoción y respeto, que reunió a más de 600 personas en el Palacio Euskalduna de Bilbao, la Confederación Empresarial Vasca, Confebask, y sus asociaciones miembro –Adegi, Cebek y SEA Empresarios Alaveses– homenajearon a empresarios y directivos víctimas del terrorismo, desde la cuádruple perspectiva de la memoria, la dignidad, la reparación y la convivencia.
Un sentido reconocimiento a esa “gran mayoría del empresariado vasco que, frente a la amenaza y la extorsión, el dolor y el rechazo, ha continuado durante esos años trabajando en sus empresas y viviendo en nuestros pueblos y en sus casas con sus familias”, según expresó el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga. El ‘Acto de Memoria y Reconocimiento’ al empresariado vasco, al que asistieron representantes empresariales, responsables políticos, sociales e institucionales, con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el Gobierno vasco en pleno, se dividió en tres partes.
En la primera se pudo escuchar el relato de lo vivido, a través de los testimonios de cuatro víctimas: Cristina Berazadi, hija de Ángel Berazadi, primer empresario asesinado por ETA; Andoitz Korta, hijo de Joxemari Korta, presidente de Adegi cuando fue asesinado; Iñaki García Arrizabalaga, hijo de Juan Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Gipuzkoa, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas; y Martín Ceballos, fundador de Talleres Marel, que sufrió cinco atentados con bomba en su empresa.

La segunda parte consistió en un sentido homenaje al colectivo empresarial, en el que se proyectaron los nombres de los 49 empresarios y directivos vascos asesinados durante cerca de 40 años de terrorismo, y se hizo una referencia a los 52 secuestrados y a las decenas de miles de extorsionados y amenazados.
Finalmente, y tras subir al escenario a una representación de ese colectivo empresarial, el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, hizo una declaración institucional en la que subrayó que el encuentro que estaban celebrando era “un acto de recuerdo y de justicia. Estábamos obligados a hacerlo. Por todos vosotros y vosotras, por los que hoy nos faltan. Por los que nos arrebataron”.
Larrañaga también quiso transmitir un mensaje de solidaridad y afecto a todas las víctimas: “El homenaje lo estamos centrando hoy en vosotros, en el colectivo empresarial vasco…, pero sin querer olvidar tampoco al resto de víctimas que, como nosotros, han sufrido durante años y años el cruel zarpazo de la violencia terrorista. El de hoy quiere ser un homenaje de recuerdo a la dureza de lo vivido por el empresariado vasco, pero también quiere ser un acto integrador, solidario, como no podía ser menos, con el dolor vivido por todos los colectivos y ciudadanos en general”.
A pesar de todo lo padecido durante cuatro décadas, Roberto Larrañaga no quiso terminar sin compartir “un mensaje de ilusión, de esperanza y de fe en lo que somos y lo que hemos logrado entre todos. Miramos al presente y al futuro con ilusión y esperanza. También con la confianza de que los próximos años serán mejores para todos: con crecimiento económico, mejora del empleo y bienestar para todas las personas que formamos Euskadi”.
Memoria crítica
El lehendakari Urkullu cerró el acto con una intervención en la que reclamó la construcción de una “memoria crítica” del acoso padecido por el colectivo empresarial en Euskadi. “No vamos a olvidar el padecimiento de estas víctimas, muchas veces en soledad y silencio», prometió Iñigo Urkullu, quien destacó la “radical injusticia” de unos crímenes “que se ampararon en la perversión de considerar que matar o atacar a un semejante era un medio legítimo para obtener fines políticos”. Y, por eso, su recuerdo debe servir para que “nunca más” en el futuro “ninguna razón ni causa política” prevalezcan sobre “el valor de los derechos humanos, la dignidad de la persona y la vida”, dijo el lehendakari.
Asimismo, agradeció a los empresarios que “incluso en los momentos más duros, en los años de plomo”, siguieran firmes en su puesto de trabajo, al frente de la empresa, grande, pequeña o mediana, generando riqueza y empleo día a día”. Finalmente, Urkullu pidió a ETA que se disuelva de manera “unilateral, efectiva y definitiva”, porque “no tiene ni presente ni futuro en nuestra sociedad”. El lehendakari recordó que ha triunfado la perseverancia y firmeza en la defensa de los principios éticos y los valores democráticos, tarea en la que “los empresarios habéis sido un ejemplo”.

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