Los empresarios vascos alertan sobre el envejecimiento y la falta de perfiles cualificados

Confebask cree que todavía queda camino para superar la crisis

Los dirigentes de Confebask y de las tres organizaciones territoriales, SEA, Cebek y Adegi.

En su habitual Consejo General anual, la Confederación Empresarial Vasca, Confebask, alertó de la “necesidad urgente atender de manera colectiva el doble reto, demográfico y de cualificación”, por su “importante repercusión” en el tejido empresarial y en el bienestar de la sociedad vasca.
Según dijo el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, tras el Consejo General, “es necesario que la respuesta al desafío demográfico pase a formar parte de la agenda del país, tal y como ya lo están la transformación digital y climática”.
“Hoy en día, Euskadi tiene un índice de envejecimiento muy por encima de la media del Estado y una de las tasas de natalidad más bajas de Europa –apuntó–. Pero, además, en las dos primeras décadas de este siglo, Euskadi ha perdido una buena parte de su fuerza laboral”.
Así, recordó que, en los últimos 20 años, la población en edad laboral en Euskadi se ha reducido en 92.000 personas, mientras que la población dependiente (jubilados, en su mayoría), ha aumentado en casi 200.000 personas. Y la previsión para 2050 es que la población laboral se reduzca en otras 220.000 personas más, y la dependiente supongan prácticamente la mitad del total.

A las empresas les preocupa la debilidad

de las economías española e internacional

El presidente de Confebask advirtió de que eso supone “una amenaza grave” para el país porque “no tendremos personas suficientes para afrontar el relevo generacional; conllevará crecimientos económicos y de renta muy por debajo de los obtenidos hasta ahora, Euskadi seguirá perdiendo peso relativo en la economía y población del Estado y, por último, supondría contar con menos contribuyentes, con lo que el mantenimiento de nuestro estado del bienestar quedaría comprometido”.
Perfiles adecuados
Además del relevo generacional, el presidente de los empresarios vascos señaló la necesidad de “cualificar y recualificar” a las personas con empleo y a las que busquen empleo. “Llevamos tiempo insistiendo en nuestro mensaje sobre las crecientes dificultades que tenemos las empresas vascas para encontrar personas con las cualificaciones necesarias para atender las necesidades de empleo y su creciente competitividad”, subrayó Eduardo Zubiaurre.
Por eso, y para poder abordar con éxito el remplazo generacional de las 675.000 personas que se van a jubilar en las próximas décadas, el presidente de Confebask reiteró que “la orientación educativa y profesional de la juventud hacia lo que demandan las empresas resultará imprescindible si queremos garantizar las actividades clave de nuestra economía”.
Por otro lado, Zubiaurre dijo que también “va a ser necesario recualificar a gran parte de las cerca de un millón de personas hoy empleadas, así como también de las desempleadas, si queremos abordar con éxito las transformaciones competitivas de nuestro tejido empresarial en los ámbitos marcados por Europa para esta próxima década”.
“Para ello necesitamos un modelo propio de formación para el empleo –dijo el presidente de la empresarios vascos–, cuya configuración y puesta en marcha debe ser una tarea común de empresas, instituciones educativas y agentes sociales si no queremos quedarnos atrás en la competitividad del País”.
“En resumen, creemos necesario y urgente atender de manera colectiva un doble reto: el demográfico y el de la cualificación, ambos con una importante repercusión en nuestro tejido empresarial y con consecuencias sobre nuestro estado del bienestar”. En este sentido, Zubiaurre pidió la introducción de ambos temas “en la agenda institucional y política del país, igual que ha sucedido con la transformación digital y climática”.
Expectativas
Por otra parte, y con respecto a la coyuntura económica, Confebask considera que, después de más de un año de crisis sanitaria y económica, “podemos decir que nos encontramos en un escenario de progresiva recuperación, con distintos ritmos según países en función de la evolución de la pandemia y la vacunación, pero con una mejoría clara de la economía global en su conjunto, y con una revisión al alza de las previsiones de los distintos organismos a medida que pasa el año”.
“En Euskadi, se puede decir que, tras la superación de un primer trimestre ‘renqueante’, marcado por la mala evolución de la pandemia y la lentitud de la campaña de vacunación, afrontamos con esperanza este segundo semestre del año”, señaló Zubiaurre.
“Con los datos que manejamos –añadió–, la confianza económica de empresas y consumidores sigue mejorando de manera clara, la producción industrial en Euskadi es ya casi la misma que antes del covid, y los indicadores de actividad de todos los sectores apuntan a una segunda mitad de año de clara mejoría”.
En este sentido, recordó que, según las encuestas de las organizaciones territoriales –Adegi, Cebek y Sea–, las empresas vascas están experimentado ya “un importante rebote de su actividad”. “Es cierto que no está siendo igual en todos los sectores –puntualizó–. Hay algunos que todavía tienen camino por recorrer, pero por término medio se puede decir que la industria, la construcción y los servicios a las empresas mejoran claramente sus expectativas”.
Previsiones
En cuanto a las previsiones para la economía vasca, Confebask mantiene básicamente lo indicado en diciembre, con un crecimiento para este año que rondará el 7%, con una horquilla entre el 6% y el 8%, “en función de cómo avancen aspectos clave como son la vacunación y los rebrotes de la pandemia”. Por lo que respecta al empleo, la patronal vasca mantiene que se recuperará, probablemente con algo más de intensidad de lo que estimó en diciembre (5.000 empleos), y la tasa de paro cerrará el año en torno al 10’5%.
No obstante, la debilidad de la economía española y de la internacional figura entre las principales preocupaciones de las empresas vascas a corto plazo, junto al descenso en la rentabilidad de las ventas, los elevados costes laborales, el rápido e intenso encarecimiento de la energía, las materias primas, el transporte, así como los problemas de abastecimiento de ciertos productos. También preocupa cómo van a llegar los fondos europeos a las empresas.

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