"Los aranceles de Trump, ¿son solo el comienzo?"

En un momento en que internet y las comunicaciones hacen que el mundo se haya convertido en una aldea global, en el que las transacciones económicas se pueden hacer de forma instantánea con cualquier parte del mundo, no parece muy real intentar poner puertas al campo. Todo lo que sea fomentar políticas autárquicas lo único que conseguirá será obstaculizar un avance que no tiene vuelta atrás. Una cosa es intentar ordenar el comercio internacional y poner condiciones similares a todos los jugadores para que las transacciones se hagan en igualdad de condiciones y otra, fomentar el ultranacionalismo económico y considerar al resto de países y empresas enemigos. Esto, teóricamente, es así. Pero, ¿qué ocurre cuando lo realiza la principal potencia? El presidente norteamericano, Donald Trump, ha roto tratados internacionales y ha puesto barreras a determinados productos y transacciones. Por ejemplo, los aranceles al acero del 25% y al aluminio del 10%. Una política que comienza a tener consecuencias, tanto en la Unión Europea y en China, que han anunciado medidas similares de respuesta para paliar sus efectos, como en empresas vascas, que empiezan a sentir sus efectos. Una situación que plantea preguntas inquietantes: ¿qué efectos podría tener una guerra comercial a gran escala? ¿Cuáles serían las pérdidas que supondría una paralización del comercio mundial? ¿Estamos al comienzo de una escalada a nivel global?

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