Sin duda, el proyecto por excelencia en materia de movilidad y vertebración del territorio en Euskadi es el Tren de Alta Velocidad (TAV), aunque la puesta en marcha de la Y ferroviaria vasca, pese a importantes avances en los últimos meses, sigue sin tener un horizonte fijo. De hecho, el Gobierno central ha actualizado recientemente sus previsiones y los Presupuestos Generales del Estado (PGE) sitúan en 2027 la fecha de culminación de las obras del TAV.
No obstante, este tren no se para y “en breve” se lanzará la convocatoria para la llegada provisional del TAV a Basauri y la definitiva para la estación de Abando de la línea de alta velocidad a Bilbao. Así lo afirmó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado mes de julio en Burgos, durante la inauguración de la nueva línea de alta velocidad. Así que los próximos meses serán clave. El delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, aseguró que este otoño se decidirá por dónde se realizará la conexión de la ‘Y’ ferroviaria vasca con Pamplona. Sobre la mesa hay dos opciones: la guipuzcoana, de Ezkio-Itsaso, y la alavesa, de Vitoria-Gasteiz.
Mientras tanto, el nudo de Bergara avanza con paso firme tras un año convulso, en el que ha tenido que superar contratiempos de gran calado como la pandemia, la huelga de transporte y las actuaciones para la protección del medioambiente. Superadas las adversidades, las cifras hablan por sí solas: desde abril de 2021 hasta junio de 2022, el grado de ejecución de este proyecto se ha duplicado. Se trata de un punto estratégico para la Y vasca ya que por aquí pasarán los trenes de Madrid con destino a Donostia y Bilbao. Además, también será el cruce de los trenes entre las tres capitales.
