La alimentación es uno de los nichos de oportunidad que se contempla en el eje de biociencias-salud humana, de la RIS3 vasca, y que se recoge en el PCTI 2020. Cada vez más la sociedad se preocupa por la calidad sanitaria de los alimentos y la investigación en seguridad alimentaria se ha convertido en una línea estratégica de las políticas de I+D.

En esta línea, el Plan de Coordinación de Investigación en Seguridad Alimentaria de la CAV 2017-2020 persigue el objetivo de fortalecer la investigación en seguridad alimentaria para ayudar a detectar y reducir peligros y riesgos que pueden entrar en la cadena agroalimentaria vasca y desencadenar problemas de salud humana. Con la implicación de los departamentos de Salud y de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco, esta estrategia atiende a toda la cadena alimentaria entendida como un continuo, desde la producción primaria, pasando por la producción de piensos para animales, hasta la venta o el suministro de alimentos al consumidor.
El plan establece seis áreas claves de atención: peligros químicos (residuos de productos fitosanitarios, micotoxinas, metales pesados, alérgenos, etc.); peligros biológicos (sustancias como bacterias, virus, parásitos, etc. presentes en un alimento, que puedan entrar en la cadena agroalimentaria); peligros físicos, cualquier material extraño presente en un alimento; peligros nutricionales (cambios en los hábitos de consumo que puedan conllevar un desequilibrio en la dieta y suponer un riesgo para la salud); trazabilidad, algo necesario para garantizar la seguridad de los alimentos y la fiabilidad de la información proporcionada a los consumidores; y alérgenos alimentarios, causantes de la mayoría de las alergias e intolerancias.
Así, los proyectos financiados ayudan al Comité Científico de Seguridad Alimentaria en su labor de evaluación de los riesgos alimentarios, así como a la Administración vasca en el desarrollo de políticas dirigidas a su mejora.
“Concretamente, este plan está ya apoyando proyectos de I+i para dar respuesta a los nuevos retos como la resistencia de bacterias patógenas a antibióticos, seguridad alimentaria en los circuitos cortos de comercialización, autentificación de alimentos, genómica en patógenos alimentarios, y nuevos alimentos libres de alérgenos, entre otros”, aseguró Arantza Madariaga, directora gerente de Elika. En el marco de dicho plan se creó la Mesa de Coordinación de Investigación en Seguridad Alimentaria, de la que forman parte Gobierno vasco, los principales centros tecnológicos de Euskadi, Bioef y Elika.
Elika En Euskadi, la encargada de velar por la seguridad alimentaria es Elika, la Fundación Vasca para la Seguridad Alimentaria, que atiende a los sectores de agricultura, ganadería, alimentación animal, industria alimentaria, pesca y consumidor. En colaboración con administraciones, productores, elaboradores y consumidores, Elika asesora y difunde el conocimiento en seguridad desde el productor a la mesa.
Arantza Madariaga, su directora gerente , aseguró en una reciente entrevista con ESTRATEGIA EMPRESARIAL que “la seguridad alimentaria en Euskadi está garantizada, tanto a través de los controles oficiales a lo largo de toda la cadena, como por la capacidad de respuesta inmediata ante cualquier alerta. Los alimentos nunca han sido tan seguros como ahora”.