"La nueva Mondragón, la Mondragón de siempre"

Iñigo Ucín ha presentado los ejes de cómo entiende él la senda de la Corporación Mondragón, después de que el 1 de agosto tomara posesión como presidente del Consejo General. Así, ha constatado algo que debería ser habitual en toda compañía, sea cual sea su forma jurídica: la empresa tiene que ser rentable, porque sin la eficiencia y la generación de recursos no hay proyecto social. En este sentido, el nuevo responsable del mayor grupo empresarial vasco ha abogado por que las cooperativas incrementen su patrimonio, incluso recurriendo a fuentes externas de financiación para poder abordar nuevos proyectos, para poder “hacer lo difícil y complejo”. Con el impacto de lo ocurrido con Fagor, ha reconocido que ha podido haber un cierto acomodamiento, y ha apuntado que la solidaridad no puede ser incondicional, sin que ello suponga decir adiós al valor de la solidaridad. E incluso ha dejado el mensaje de que en el Grupo se debe añadir a la democracia una cierta capacitación para poder dirigir las empresas. A partir de ahí, ha apostado por volver a los orígenes del propio movimiento cooperativista: cooperación, compromiso, responsabilidad, lealtad, teniendo en cuenta el colectivo antes que el individuo, porque el socio más importante es la propia cooperativa. En definitiva, actualizar y adaptar los principios del cooperativismo para que puedan mantenerse en el mundo globalizado actual, algo que ha sido habitual en sus 60 años de existencia.

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