La industria aérea despliega de nuevo las alas

Los fabricantes aeronáuticos lo apuestan todo a la sostenibilidad y a las tecnologías más avanzadas con la reactivación de los vuelos de pasajeros, la defensa y las misiones espaciales

Tras superar las turbulencias a causa del covid-19, la industria aeronáutica, con notable peso en Euskadi, 
registra una clara demanda de aviones más tecnológicos, más ecológicos y de bajo consumo de combustible. Existe una creciente recuperación del mercado a medida que el sector busca 
acelerar el progreso hacia aeronaves ‘cero neto’.

Con el retroceso del virus covid-19, el turismo y los viajes de negocio han regresado; y con ellos los desplazamientos en avión. El sector aeronáutico comienza, por tanto, a registrar señales de recuperación, como ha quedado demostrado en la última edición de la Exposición Aeronáutica Internacional de Farnborough 2022, celebrada en Reino Unido el pasado mes de julio. El valor total de acuerdos en aeronaves realizados en esta gran feria, incluidos pedidos en firme, opciones y compromisos de compra de aviones, se elevó a 50.800 millones de dólares, según el balance de los organizadores. Su informe destaca que “existe una clara demanda de aviones más nuevos, más ecológicos y de bajo consumo de combustible, junto con una creciente recuperación del mercado a medida que el sector busca acelerar el progreso hacia el ‘cero neto’ para 2050”. Y añade que “Farnborough 2022 significó la reactivación de las industrias aeronáutica, de defensa y espacial, con nuevas asociaciones forjadas y contratos”. Sin embargo, los operadores y líneas aéreas mantienen unas posiciones conservadoras sobre la demanda del tráfico aéreo. Así, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) prevé una recuperación paulatina del tráfico de pasajeros, que no alcanzará niveles precovid hasta 2024.

En la última década, 
el sector ha invertido 1.596 millones en tecnología para una mayor eficiencia y un menor impacto medioambiental

Farnborough 2022 sirvió, además, para establecer el rumbo de la industria en las próximas décadas, que estará caracterizado por la sostenibilidad, la movilidad aérea avanzada y el espacio, destacando la dedicación de la industria para construir un futuro más verde a través, por el ejemplo, del uso de biocombustibles. Un camino en el que pueden transitar también proyectos, como el estadounidense ‘Overture’, para retomar los vuelos comerciales supersónicos.
Líderes reconocidos a nivel mundial como Airbus, Boeing, Rolls-Royce o Embraer revelaron una fuerte acumulación de pedidos de aviones y motores, asociaciones globales de miles de millones de dólares y contratos en las cadenas de suministro aeronáutico, espacial y de defensa.
Una recuperación de la que espera beneficiarse el tejido industrial vasco, que acoge un buen número de fabricantes de equipos aeronáuticos y espaciales, representados la mayoría de ellos en la Asociación Clúster de Aeronáutica y Espacio (Hegan), cuyo último balance, referido al año 2021, mostraba aún el impacto de la crisis sanitaria en el sector. A pesar de ello,

La industria vasca se compromete con la aviación sostenible a través de programas como
‘Clean Sky’ de la UE y ‘ZEROe’ de Airbus

las 68 empresas y entidades asociadas, posicionadas en toda la cadena de valor aeroespacial, acabaron el año con una facturación de 1.867 millones de euros, similar a la de 2020; con una positiva recuperación del 3% en el empleo y un crecimiento del 15% de la inversión en I+D+i, que alcanzó los 117 millones. En la última década, el esfuerzo de las empresas de Hegan en I+D+i se cuantifica en 1.596 millones de euros, lo que representa una ratio media del 8,4% sobre la facturación (en 2021 fue del 6,3%), una magnitud notable que debe permitir continuar con los avances tecnológicos requeridos por esta exigente industria y que se focalizan en la mejora de la eficiencia de las aeronaves y su impacto medioambiental.
Aunque la crisis no se ha superado todavía, la industria ha demostrado su fortaleza y capacidad de adaptación y resiliencia, siendo prueba evidente el esfuerzo que han hecho las empresas con su apuesta por la contratación de personal, a pesar de la falta de aumento de actividad, y por la inversión en medios e I+D+i.

Mejor situación
En la visión de Hegan –cuya última Asamblea General nombró presidente a José Julián Etxevarría, CEO de Sener Aeroespacial–, “la situación del sector está mejorando a pesar de las grandes incertidumbres que aparecen en el mapa mundial justo en el esperado fin de la pandemia, y de nuevos problemas, como la tensión en la cadena de suministro, la falta de materias primas, los elevados costes energéticos o el proceso inflacionista, que repercute directamente en la competitividad del clúster”. Para sus responsables, las áreas de crecimiento provendrán de la recuperación de la aviación comercial, del espacio, del segmento de la seguridad y del de la movilidad aérea urbana y de los drones.
El clúster aeroespacial continuará con la apuesta por los nuevos programas que ya se empiezan a poner en marcha como es el ‘ZEROe’, del gigante Airbus, o la participación en el programa europeo ‘Clean Sky’. Todos ellos alineados con los objetivos ‘Green Deal’ de la UE, que establece el objetivo ‘cero emisiones’ de CO2 para el año 2050. Pide también prorrogar a partir de 2024 el Programa Tecnológico Aeronáutico (PTA), que promueve y gestiona el CDTI.

 

Un período de transición tras dejar atrás el desplome

El ejercicio 2021 fue un período de transición para las empresas de Hegan, que dejaron atrás 2020, el año “más difícil” del clúster vasco, que no había cesado de crecer en sus 24 años de historia, a pesar de recesiones y crisis. Un sector que sufrió de lleno el impacto
de la pandemia sobre el tráfico aéreo comercial, y que aún permanece un 20% por debajo de los niveles de 2019. Algunos subsectores, como el espacial, no se vieron tan afectados; mientras que los proyectos a largo plazo, como las áreas de la nueva movilidad urbana o la aviación cero emisiones, siguieron como nichos de oportunidad. En este contexto, la industria aeroespacial vasca comenzó en 2021 una paulatina recuperación, manteniendo el empleo de alta cualificación y siguiendo la senda de la competitividad, invirtiendo más del 6% de su facturación en I+D+i con el objetivo en la aviación sostenible.

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