La actividad industrial se mantiene al alza, pero la confianza empieza a tambalearse

La disminución de los márgenes y la rentabilidad, la caída de la cartera de pedidos y el incremento de los costes reducen notablemente las expectativas de las compañías

La producción industrial acumula una subida del 6,7%. Foto: Archivo

La producción industrial vasca aumentó en agosto un 2,4% en Euskadi con respecto al mes anterior, y un 5,6% si se compara con el mismo mes del año pasado, acumulando en los ocho primero meses del año una subida del 6,7%. Esta evolución positiva se debe al buen comportamiento tanto de la energía como de los bienes de equipo y de los de consumo, donde se obtienen crecimientos acumulados en lo que va de año del 15,4%, del 10,9% y del 5,2%, respectivamente. 
Son datos ofrecidos por Eustat, pero que matizan las encuestas de coyuntura que realizan las organizaciones patronales territoriales, en las que en torno a la mitad de las empresas consultadas indican que sus carteras de pedidos se han reducido, lo que refleja una evidente disminución de su actividad. 
En líneas generales, y con ligeras diferencias porcentuales por territorios, los estudios realizados por Cebek, Adegi y SEA, el abastecimiento y coste de las materias primas y de la energía, los elevados costes laborales e incrementos salariales y el descenso de la rentabilidad de las ventas son las principales preocupaciones de las empresas. Y las más pequeñas son, además, las que se encuentran más amenazadas por estas circunstancias.
Pese a ello, la utilización de la capacidad productiva se mantiene y, en algunos casos, aumenta, y las previsiones en el entorno laboral señalan que todavía son mayoría las empresas que mantendrán o aumentarán su plantilla frente a las que piensan reducirla. Resulta también llamativo que, si bien se acelera el deterioro de la confianza empresarial, el 80% de las compañías de Gipuzkoa cree que la situación del mercado es de normalidad o reactivación, y un 95% de las de Bizkaia considera como regular o buena la coyuntura económica del territorio, mientras que las que consideran la situación como mala se reducen de un 20% en mayo a un 5 % en septiembre. 

Previsiones
Al menos, hasta esa fecha. Porque en las encuestas también se ve que las compañías vascas, en general, prevén un empeoramiento significativo de la situación del mercado para los próximos meses. El nivel de pedidos sigue disminuyendo, lo mismo que rentabilidad de las ventas, mientras el coste de los aprovisionamientos continúa al alza. 

Los hogares vascos son ya “francamente pesimistas”, según
el  último informe de Laboral Kutxa

Además, todo indica que se va a producir un deterioro en el crecimiento económico global, debido a una todavía muy elevada inflación, los aumentos de los tipos de interés derivados de una política monetaria que lucha por combatirlos, a la ausencia de perspectivas de final de conflicto en la guerra en Ucrania que, entre otras cosas, va a seguir afectando a los precios de las materias primas y a los costes energéticos de las empresas.
Asimismo, las decisiones del BCE de elevar los tipos de interés de referencia en la eurozona, provocará una reducción de la inversión de las empresas con el consiguiente enfriamiento de la actividad general. Al mismo tiempo, situará en una posición delicada a las empresas que cuenten con una peor situación financiera.

Las familias
Por otro lado, los hogares vascos encaran el otoño desde el pesimismo, muy sensibles a la trayectoria inflacionista y a la pérdida de dinamismo en el crecimiento económico, según la última encuesta de Laboral Kutxa, en la que se aprecia que las familias “ya son francamente pesimistas”. 
Y, aunque los ocho primeros meses de 2022 son positivos, los hogares de Euskadi anticipan la merma de su capacidad de gasto y ahorro, a lo que se suma el encarecimiento de la financiación, unos factores que dificultarán las decisiones de grandes compras e inversión, a juicio de la entidad.

 

Más noticias de Economía / Ekonomia