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Euskadi se convirtió en la primera comunidad en regular la situación laboral femenina en el sector primario y el entorno rural al aprobar, el 15 de octubre de 2015, el Estatuto de las Mujeres Agricultoras. Su aprobación supuso el reconocimiento que tenían pendiente en el sector primario a nivel profesional, al tiempo que se admitieron sus derechos laborales, sociales y fiscales.
Los últimos datos de la Diputación de Bizkaia cifran en Euskadi más de 9.000 mujeres en el sector agrario vasco, de las que solo un 25% tienen representatividad en los órganos de decisión. Para cambiar esta realidad son muchas las acciones que se ponen en marcha. Una de ellas tiene que ver con el plan de medidas de apoyo diseñado por la Diputación de Bizkaia para dar cobertura a las necesidades de la mujer rural, teniendo en cuenta las aportaciones de las asociaciones del territorio: Etxaldeko Emakumeak, Landa XXI y Saskia.
La Red de Mujeres del Medio Rural de Álava es otro ejemplo, organización que surge bajo la necesidad de poner en relación a las asociaciones de mujeres de Álava con núcleos muy dispersos y pequeños y asociaciones centradas en lo local. Por su parte, en Gipuzkoa, la Federación de Asociaciones de Desarrollo Rural, Landaola, lleva años poniendo en valor el rol de las mujeres en este entorno.