Europa se lanza a la creación de su propio ecosistema de fabricación de semiconductores

Los chips, esenciales. Foto: Freepik

La nueva Ley Europea de Chips, que entró en vigor en otoño, destinará 43.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas a la creación de un ecosistema europeo de semiconductores de vanguardia que evite que la economía del viejo continente dependa exclusivamente de las cadenas de suministro mundiales, como ocurrió en la pandemia cuando muchas fábricas tuvieron que cerrar ante la falta de estos materiales. En 2020 se fabricaron en todo el mundo un billón de semiconductores y para 2030 se prevé que la demanda de las tecnologías y las aplicaciones que dependen de estos activos estratégicos se duplique, es decir que haya que fabricar dos billones de chips. Las medidas apuntan, de igual manera, a lograr que la cuota de mercado europea de chips en 2030 pase del 10% que representó en 2020 al 20%.
Paralelamente a la Ley, ya hay compañías dando pasos prácticos. Intel invertirá 17.000 millones en la construcción en Magdeburgo de la primera gigafábrica de chips en Europa y, también en Alemania, TSMC abrirá su primera fábrica de semiconductores. En Francia, STMicroelectronics y GlobalFoundires, esperan tener en funcionamiento en 2026 la primera fábrica de chips en territorio galo y en España, según informa Intermodal Forwarding, el Gobierno aspira a instalar una o dos fábricas de cinco nanómetros, mientras que Broadcom invertirá 900 millones en instalar una planta especializada en el ‘back-end’.

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