Es reconfortante encontrar empresarios y directivos que, incluso tras seis años de crisis, continúan con igual o mayor energía, con ganas de aportar y con una visión de empresa como proyecto compartido. Los cuatro representantes que tomaron parte en la mesa redonda sobre modelos empresariales de participación de las personas, que organizamos conjuntamente Estrategia Empresarial y la consultora B+I Strategy, dejaron claro que en la actualidad solo las empresas entendidas como comunidades de personas trabajando por un mismo objetivo tienen capacidad para ser proyectos sostenibles. No es cuestión de apostar por una fórmula determinada, por cooperativas, por ‘sales’ o por compañías con parte del capital en manos de los trabajadores. Cada empresa debe encontrar su propio camino organizativo, pero cobra cada vez más relevancia la participación de las personas en la gestión, en el capital, en la asunción de responsabilidades y en la toma de decisiones. Lo importante es la misión, el ‘para qué’ de las empresas. Si el objetivo fundamental trasciende la meta de ganar dinero, se imponen los modelos de participación que generen compañías sostenibles en el tiempo. En Euskadi tenemos una larga experiencia en colaboración y participación a nivel social y empresarial, en esto también somos referente a nivel internacional. Y si la apuesta de las instituciones por los modelos avanzados de gestión es firme, éstas deben poner los medios legales, financieros y fiscales para facilitar estos procesos y que sea una apuesta de país.