La crisis sanitaria producida por el virus llegó en el peor momento posible para el sector de la construcción. Un arranque de año “esperanzador” que el Covid-19 truncó y, aún sin visos de reactivación, tanto en obra civil como en edificación. Aún así, el presidente de Eraikune Clúster de la Construcción en el País Vasco, Alberto Marín, se muestra optimista: “A pesar de este parón, el sector saldrá con energía y siendo un pilar estratégico de la recuperación de nuestro país”.
¿Qué valoración hace de la evolución de la construcción en el primer semestre del año?
El año pasado la actividad del sector en Euskadi creció un 12,5%. Aparentemente es un buen dato pero no debemos pasarnos de optimismo ya que, en términos de volumen de negocio, el sector creció el 1,04% en comparación con el 2,5% de la economía.
El inicio del año era esperanzador, pero la llegada del coronavirus ha impactado de manera muy notable en un sector que, durante los años anteriores, ya había sufrido de una falta de actividad, necesaria para la reconstrucción de nuestro país.
En todos los aspectos relativos a nuestra industria: empleo, inversión, I+D+i, contratación..., el signo ha sido negativo en cuanto a su evolución durante este primer semestre del año.

¿Están recibiendo las empresas nuevos encargos? ¿En qué ámbitos: obra civil o edificación?
Las empresas del sector, y muy concretamente las integradas en nuestro clúster, que representan el 50% del total, están demandando la reactivación de la obra civil, en nuestro caso, muy dependiente de los presupuestos de las diputaciones y del Gobierno vasco. De momento, todo ha quedado muy comprometido por el Covid-19 y, hasta la fecha, no están viendo que se reactive la licitación de las grandes obras civiles en nuestro entorno.

La vivienda es más dependiente de la financiación privada, que también ha sido muy afectada por la situación del Covid-19, y debe ser clave también para la reconstrucción de nuestro sector, a través de facilitar elementos financieros para reactivar la compra de primera vivienda.
El sector llevaba varios años recuperándose del bache anterior, hasta que el coronavirus ha frenado abruptamente esa trayectoria positiva. ¿Cree que la construcción saldrá adelante con energía o el impacto de la pandemia ha sido demasiado fuerte?
La industria de la construcción ha sido un elemento de contención del déficit estructural y debe ser todo lo contrario. Debe ser un elemento estratégico y tractor para la salida de esta crisis. No hay que olvidar que nuestro sector es un gran generador de economía y empleo, representando en la CAPV cerca del 15% del PIB en términos de valor para la economía de nuestra comunidad.
Estamos convencidos de que, a pesar de este parón, el sector saldrá con energía y siendo un pilar estratégico de la recuperación de nuestro país.
Usted ha dicho que, una vez superada la crisis sanitaria, sería necesario apoyar a la industria de la construcción, convirtiéndola en el gran motor de la recuperación. ¿De qué manera podría producirse ese impulso?
Debemos ser uno de los pilares de la reconstrucción económica. Sin lugar a dudas esa reconstrucción debe estar basada en la digitalización, la industria 4.0 y la sostenibilidad, aspectos que nuestra industria abandera en su totalidad y que, por otro lado, ya se están implantado como pilares estratégicos que nos van a hacer salir de esta crisis de una manera más inteligente, productiva y sostenible.