Con la exposición ‘Tabula non rasa’, que incluye una obra finalista y aspirante al prestigioso premio Mies Van der Rohe 2019 otorgado por la Unión Europea, el pasado 14 de marzo abrió sus puertas en el convento de Santa Teresa, en Donostia, el Instituto de Arquitectura de Euskadi.
Se trata de un recurso de referencia, impulsado por el Gobierno vasco y la Diputación de Gipuzkoa, que va a servir para “promocionar la cultura arquitectónica vasca”, según el consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, y el teniente de diputado general, Denis Itxaso.
‘Tabula non rasa’ plantea, a través de tres instalaciones, una reflexión sobre el devenir de los edificios y del espacio urbano y construido. El elemento común de las propuestas recogidas es el proceso de investigación entendido no solo como detonante del proyecto, sino como un componente esencial de la propia transformación producida. La programación del Instituto para este año contempla, además de esta exposición, la organización de cursos de verano, el Premio Peña Ganchegui a la Joven Arquitectura Vasca y la II Bienal Internacional de Arquitectura.